La ministra de Comercio, Diana Marcela Morales, fue enfática al afirmar que el memorando de entendimiento para la creación de una zona económica binacional entre Colombia y Venezuela no implica una cesión de soberanía ni la intervención de fuerzas extranjeras en el territorio nacional. En entrevista con Mañanas Blu, Morales aseguró que el documento es “una hoja de ruta de trabajo articulado, no una excepción al marco institucional colombiano”, y que cada decisión se toma dentro de los límites constitucionales del país.
“Lo que usted contempla en el artículo tercero precisamente habla de que este proceso no transgrede de ninguna manera la soberanía nacional ni el ordenamiento territorial colombiano”, recalcó la ministra Morales, despejando así las preocupaciones surgidas tras el anuncio conjunto con el gobierno venezolano.Las declaraciones surgen luego de que se conociera el contenido del memorando suscrito entre los gobiernos de Gustavo Petro y Nicolás Maduro, el cual plantea una futura zona de Paz, Unión y Desarrollo Binacional, aún sin delimitación geográfica precisa.
En el Catatumbo: desarrollo, no militarización
Uno de los puntos más relevantes para el Ejecutivo colombiano es que esta zona busca impulsar la transformación productiva de regiones históricamente excluidas, como el Catatumbo. Según Morales, la iniciativa “no contempla ninguna actividad concreta frente a temas de seguridad”, sino que prioriza la cooperación técnica y el respeto por las normas nacionales.
“Aquí no hay de ninguna manera ni fragmentación del Estado ni entrega de soberanía”, afirmó. “Queremos una armonía entre los marcos normativos de ambos países que le dé una respuesta necesaria a una población que se le ha dado la espalda”.
Para la ministra, la zona económica especial es una plataforma para fortalecer las cadenas de valor y fomentar la economía popular, apostando por la industrialización desde el territorio y el impulso a sectores como el agro, el turismo y el transporte.
Promesa de empleo y dinamismo económico
Aunque aún no hay cifras concretas, el gobierno espera que este proyecto genere empleos y dinamice el comercio exterior, especialmente con Venezuela y otros mercados del sur global. Morales explicó que se están realizando estudios técnicos de caracterización de la región para definir el potencial económico y productivo.
“Nosotros estamos haciendo una recolección de información concreta de estas zonas. Esto nos permitirá estructurar dinámicas de inversión y encadenamiento productivo, con valor agregado y con posibilidad de exportación”, precisó.
Además, el memorando se sustenta en marcos jurídicos existentes como la Ley de Fronteras, el Plan Vallejo, el régimen franco, el SOMAC y los PDET, que ya permiten incentivos tributarios, fiscales y aduaneros para impulsar la inversión en territorios afectados por el conflicto.
Zona de paz: no sólo ausencia de conflicto, sino justicia económica
Uno de los conceptos más novedosos introducidos por el memorando es el de “zonas binacionales de paz”. Aunque la terminología ha generado dudas sobre una posible dimensión militar o de seguridad, la ministra aclaró que el enfoque está centrado en lo económico y lo social.
“No puede haber paz sin justicia económica, sin integración productiva. Mientras no ataquemos las condiciones estructurales que han dado origen a nuestros conflictos, esto será permanente”, dijo Morales, quien recordó que ha sido víctima del conflicto y conoce de primera mano las realidades de la frontera.La ministra insiste en que estas zonas deben verse como un modelo de desarrollo complementario, no como una amenaza a la institucionalidad.
¿Qué papel juega China en el acuerdo?
Aunque desde Venezuela se ha hablado del apoyo de China en este proceso, Morales aclaró que, por ahora, no existe articulación directa con terceros países en la creación de la zona binacional. “Este es un ejercicio técnico entre dos naciones, aunque no se descarta que en el futuro se generen dinámicas de exportación a otros países”, explicó.
Morales también señaló que ha recibido múltiples solicitudes desde regiones como Arauca para ser incluidas en este esquema de integración, lo que demuestra —según ella— el interés y respaldo local al modelo de zona binacional.