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Fiscalía escuchó a Lehder por magnicidio de Rodrigo Lara y hablará en el caso Avianca

Días después, tras una serie de entrevistas y declaraciones, se supo que el motivo de su retorno era la presentación de su libro Vida y muerte del cartel de Medellín en la Feria del Libro de Bogotá. En él, Lehder narra pasajes de ese capítulo oscuro de la violencia en Colombia y revela detalles inéditos sobre su relación con el llamado patrón, Pablo Escobar.

Carlos Lehder
Carlos Lehder
Foto:Migración y archivo particular

Han pasado tres meses desde que el país volvió a escuchar, con sorpresa y controversia, el nombre de Carlos Lehder. El excapo del cartel de Medellín, protagonista de uno de los capítulos más oscuros del narcotráfico en Colombia, reapareció sin previo aviso tras décadas de encierro y exilio.

El 28 de marzo, Lehder llegó a Colombia en un vuelo discreto. Había cumplido una larga condena en Estados Unidos, colaborado con la justicia y pasado sus últimos años en Alemania, la tierra de su padre. Apenas aterrizó, un cerco policial lo esperaba. Una orden judicial aún vigente en los sistemas migratorios bastó para que fuera esposado y conducido a un calabozo de la Dijín, donde permaneció tres días bajo custodia.

Al cuarto día, un juez de ejecución de penas concluyó que el proceso en su contra ya no tenía sustento legal. Había cumplido. La orden fue su liberación inmediata. A la salida, Lehder levantó el brazo derecho y gritó con fuerza: “¡Viva Colombia!”. Un vehículo lo esperaba a pocos metros de los juzgados de Paloquemao. Nadie sabía exactamente hacia dónde se dirigía, pero su regreso ya era noticia.

Días después, tras una serie de entrevistas y declaraciones, se supo que el motivo de su retorno era la presentación de su libro Vida y muerte del cartel de Medellín en la Feria del Libro de Bogotá. En él, Lehder narra pasajes de ese capítulo oscuro de la violencia en Colombia y revela detalles inéditos sobre su relación con el llamado patrón, Pablo Escobar.

La noticia no tardó en despertar una ola de indignación. Las víctimas del cartel de Medellín y de los llamados extraditables rechazaron enfáticamente su regreso al país, alegando que Lehder no había pagado ni un solo día de cárcel en Colombia.

Avión

En diálogo con Blu Radio, el excongresista Rodrigo Lara, hijo del asesinado exministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla cuyo crimen es considerado de lesa humanidad— anunció que había otorgado poder a un abogado para reactivar el expediente del magnicidio de su padre. “Él está organizando un show, un teatro. Está montando una actividad lucrativa para vender un libro, con una versión unilateral, sesgada… Dudo que se incrimine”, dijo Lara en los micrófonos de Blu.

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Por el asesinato de Lara Bonilla fueron condenados varios integrantes del cartel de Medellín, entre ellos Byron Velásquez, uno de los sicarios que ejecutó el atentado. También fueron procesados Iván Darío Guizado y otros miembros del círculo cercano a Escobar. Sin embargo, cuarenta años después, el caso sigue abierto como crimen de lesa humanidad, con líneas de investigación inconclusas sobre cómplices civiles, mandos intermedios y posibles instigadores que nunca enfrentaron a la justicia.

En las últimas semanas, el nombre de Carlos Lehder ha vuelto a recorrer, casi en silencio, los pasillos de la Fiscalía. Esta vez no por su libro ni por su regreso polémico, sino por un testimonio que rindió ante una fiscalía especializada en derechos humanos, encargada de los procesos relacionados con crímenes de lesa humanidad.

Blu Radio pudo confirmar que, durante más de cuatro horas y bajo la gravedad del juramento, Lehder habló. Respondió preguntas y ofreció su versión sobre uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente: el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla. Dijo lo que sabía, lo que había escuchado, lo que le constaba, y trazó su propio mapa del poder narco y del papel que tuvo en esa guerra sin cuartel el entonces ministro, convertido en enemigo público número uno de los capos por su cruzada frontal contra el narcotráfico.

Carlos Lehder

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Al final de la diligencia quedó abierta la posibilidad de que siga compareciendo dentro del proceso. Pero este no ha sido el único motivo por el cual Lehder ha regresado al búnker de la Fiscalía. Otro expediente, aún en curso, está ligado a un proceso de extinción de dominio. Y hay más: entre las carpetas también reposa uno de los capítulos más trágicos: el caso de la avioneta de Avianca.

El 27 de noviembre de 1989, una explosión en pleno vuelo convirtió al avión HK-1803 de Avianca en una de las escenas más dolorosas de la historia nacional. Murieron 107 personas. La versión oficial atribuyó el atentado a una bomba colocada por orden directa de Pablo Escobar, con el objetivo de asesinar a César Gaviria, entonces candidato presidencial, quien no abordó el vuelo a última hora. Sin embargo, esa teoría ha sido cuestionada por una nueva voz con pruebas testimoniales y documentales que apuntan en otra dirección. Es lo que el jurista Federico Arellano Mendoza llama "la verdad real".

Precisamente, quien ha sembrado dudas sobre la hipótesis que maneja la Fiscalía desde hace 36 años es el abogado Federico Arellano, víctima y representante de algunas de las víctimas, quien ha señalado ante instancias judiciales nacionales e internacionales que lo ocurrido podría tratarse de un caso de homicidio culposo por parte del Ejército. Según esta hipótesis, el avión habría sido derribado accidentalmente por un misil tierra-aire activado desde instalaciones de Indumil, justo cuando la aeronave sobrevolaba el municipio de Soacha.

Esa versión, conocida recientemente por Lehder a través de su abogada y la narrativa del Dr. Arellano, no aparece en su libro. De hecho, el excapo manifestó su asombro al conocer esa hipótesis, especialmente por los hallazgos del exagente del FBI Frederic Whitehurst, quien habría encontrado componentes de una ojiva en restos del fuselaje.

El aporte de Lehder en este giro que toma el emblemático caso Avianca, declarado de lesa humanidad en 2009 con el apoyo del entonces fiscal general Guillermo Mendoza Diago y del procurador Alejandro Ordóñezes que, según él, Pablo Escobar, quien solía atribuirse públicamente los atentados más violentos del cartel, nunca se adjudicó este ataque. Ese detalle le resulta sumamente llamativo. Si bien el testimonio de Lehder Rivas no suma probatoriamente a la propuesta de Arellano, sí representa un elemento de análisis relevante, pues cuestiona la tesis de la Fiscalía sobre la bomba en el avión.

Carlos Lehder tenía cita en este proceso el pasado viernes 20 de junio, pero la diligencia fue aplazada a última hora. La audiencia, solicitada por el Dr. Arellano y apoyada por el Ministerio Público, quedó fijada para el próximo 31 de julio.

Blu Radio conoció que la Fiscalía ya decretó la práctica de tres pruebas determinantes en esta nueva teoría del caso:

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La declaración del exagente del FBI Frederic Whitehurst, quien reside en Estados Unidos y elaboró un informe técnico y dictamen científico como jefe de explosivos del FBI, en el que concluye la presencia de componentes de una ojiva de misil en la aeronave siniestrada.

El testimonio de Carlos Lehder Rivas

La declaración de Dandeny Muñoz Mosquera, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por el caso Avianca.

Entre las pruebas clave que se presentarán para reforzar esta hipótesis está el dictamen que Whitehurst entregó al Departamento de Estado de EEUU., con sus conclusiones sobre lo ocurrido aquel 27 de noviembre de 1989.

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El exagente formó parte de una comisión especial que investigó la tragedia, debido a que dos ciudadanos estadounidenses estaban a bordo del vuelo y murieron en el atentado. Sin embargo, su informe fue ocultado. Años después, tras ser retirado del FBI, Whitehurst logró un triunfo histórico al convertirse en el primer denunciante de irregularidades dentro del laboratorio de esa institución, lo que derivó en profundas reformas.

Aunque para la fecha del atentado Lehder ya había sido extraditado a Estados Unidos, su aporte podría ser clave para entender cómo funcionaba el círculo íntimo de Escobar y, sobre todo, cómo pensaba. La intención de fondo es determinar si existen elementos que respalden la versión del Dr. Arellano sobre el caso Avianca: la hipótesis de un impacto desde el exterior y no una bomba en el interior del avión que cubría la ruta entre Bogotá y Cali. Por eso se ha planteado que la aeronave no explotó, sino que implotó, ya que la fuerza física se habría ejercido de afuera hacia adentro, y no al contrario.