En días decisivos para la suerte en la justicia del macrocaso de la UNGRD, la Corte Suprema con ponencia del magistrado Jorge Emilio Caldas le da un espaldarazo a las pruebas y testimonios de los principales testigos y confirma la detención intramural para Andrés Calle.
Varios expertos y defensores de algunos de los imputados han señalado que sin el visto bueno de jueces a los principios de oportunidad de Olmedo López y Sneyder Pinilla se derrumbaría el castillo probatorio que ha permitido vincular a pesos pesados del Gobierno y congresistas, pues las pruebas carecerán de validez a la hora de justificar las imputaciones que resultaron de la colaboración de los testigos.
Por eso, lo señalado por el magistrado Caldas supone un paso en amurallar con decisiones lo que ha encontrado la justicia. El auto de 78 páginas respondió a cada uno de los señalamientos de la defensa de Calle que pretendía debilitar la decisión de la Corte que llevó a detener a Calle, pues le dio coherencia y validez al testimonio de Olmedo López, ya que ha sido corroborado con “pruebas documentales, georreferenciación y confesiones de contratistas”.
El magistrado Caldas argumento que “la Sala de Instrucción fue enfática en señalar que la medida de aseguramiento no se fundamentó en indicios, sino en prueba directa, es decir, en los testimonios de quienes participaron directamente en los hechos”.
Además, “la imposición de una medida de detención intramural es idónea y necesaria para evitar un riesgo para la comunidad”. El magistrado estima que dado el poder e importancia que supone el rol que tenía en el congreso Andrés Calle, no hay ninguna razón para pensar que dicha conducta delictiva no podría repetirse y que eso es un peligro para la corporación y los derechos que en teoría el congresista debía defender.