
La correa de repartición es una parte crucial del motor de un carro, pues es la encargada de sincronizar el movimiento de las piezas internas del motor para asegurar su correcto funcionamiento.
Sin embargo, es una pieza sujeta al desgaste con el tiempo y su ruptura puede generar graves daños al motor. Por esta razón, es esencial conocer cuándo se debe cambiar esta correa para garantizar un rendimiento óptimo y evitar costosas reparaciones.
De acuerdo con los expertos de Autolab, el tiempo recomendado para el cambio de la correa de repartición varía según el fabricante del vehículo y el tipo de motor, pero por lo general, se aconseja cambiarla cada 60.000 a 100.000 kilómetros o cada 5 a 7 años, lo que ocurra primero. También es fundamental revisar el manual del propietario del vehículo para conocer las recomendaciones específicas.

Este intervalo es crucial, ya que, si la correa de repartición falla, puede provocar graves daños al motor, incluyendo la deformación de las válvulas y daños en los pistones, lo que resultaría en costosas reparaciones.
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Por lo tanto, es de vital importancia mantener un registro de cuándo se realizó el último cambio de la correa de distribución y planificar el próximo cambio de acuerdo con las recomendaciones del fabricante.
Además del tiempo o kilometraje, es importante tener en cuenta otros factores que podrían requerir un cambio anticipado de la correa de repartición. Por ejemplo, si se detectan signos de desgaste prematuro, como grietas, desgaste irregular o pérdida de dientes en la correa, es fundamental cambiarla de inmediato para evitar problemas mayores.
Así las cosas, la correa de repartición es una parte vital para el funcionamiento adecuado del motor de un vehículo, y su cambio periódico es esencial para mantenerlo en óptimas condiciones.

No escatimar en este mantenimiento preventivo puede ahorrar no solo dinero, sino también evitar inconvenientes y riesgos innecesarios en la carretera.
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