Este carro eléctrico rompió récord y recorrió más de 1.000 km sin recargar: no es BYD ni Tesla
Al finalizar el trayecto el Renault Filante aún conservaba 11 % de carga de la batería.
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Aunque la autonomía de los carros eléctricos ha mejorado en los últimos años, la eficiencia energética sigue siendo uno de los principales desafíos de la industria.
Cada nueva generación de vehículos eléctricos logra pequeños avances en consumo y rendimiento, pero aún existe una brecha considerable frente a lo que la tecnología podría ofrecer en condiciones ideales.
Con ese contexto, un fabricante europeo decidió llevar la tecnología actual al límite, no con un modelo de producción, sino con un prototipo concebido exclusivamente para medir hasta dónde puede llegar un vehículo eléctrico con una sola carga.
El carro que protagonizó este ensayo fue el Renault Filante, un prototipo desarrollado exclusivamente para investigación. La marca explicó que el objetivo del proyecto fue identificar soluciones técnicas que puedan trasladarse, de forma progresiva, a futuros modelos de producción.
Aunque los propios ingenieros reconocen que los carros eléctricos actuales de la marca aún están lejos de alcanzar cifras similares en uso cotidiano, la información recopilada durante la prueba servirá como base para mejorar la eficiencia de próximas generaciones.
El proyecto fue planteado como un “laboratorio sobre ruedas”. El objetivo no era lanzar un nuevo modelo al mercado, sino analizar cómo influyen el diseño aerodinámico, el peso y la eficiencia de los sistemas auxiliares en el consumo energético total.
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Para el ensayo se utilizó una batería de tamaño similar a la que hoy equipa a vehículos eléctricos medianos, con una capacidad de 87 kWh, lo que permitió establecer una comparación directa con modelos ya disponibles en concesionarios.
La prueba se realizó en un circuito cerrado, bajo condiciones controladas, con un enfoque claro: recorrer la mayor distancia posible sin recargar.
El resultado fue un recorrido de 1.008 kilómetros en menos de 10 horas, manteniendo una velocidad media superior a 102 km/h. Según los datos divulgados por el fabricante, al finalizar el trayecto el vehículo aún conservaba 11 % de carga en la batería.
De acuerdo con la información oficial, ese margen restante indicaría que el mismo recorrido podría haberse completado a una velocidad mayor, cercana a 120 km/h, o bien que el vehículo habría podido acercarse a los 1.100 kilómetros si se mantenía el mismo ritmo de conducción.
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Uno de los datos más relevantes del ensayo fue el consumo promedio registrado: 7,8 kWh por cada 100 kilómetros, una cifra muy inferior a la de los vehículos eléctricos de producción más eficientes del mercado.
Como referencia, modelos reconocidos por su eficiencia —incluidos sedanes eléctricos de marcas premium— suelen moverse en rangos cercanos a 5 millas por kWh, incluso utilizando arquitecturas eléctricas de 800 voltios. En este caso, el prototipo superó ampliamente ese desempeño.
El fabricante atribuyó el récord a una combinación de factores técnicos. El vehículo fue construido con un enfoque extremo en la reducción de resistencia aerodinámica y peso, alcanzando apenas 1.000 kilogramos en báscula.
Además, se emplearon neumáticos muy estrechos, desarrollados específicamente para reducir la resistencia a la rodadura, junto con sistemas electrónicos de dirección y frenado steer-by-wire y brake-by-wire, diseñados para disminuir pérdidas energéticas.
Todo el conjunto permitió aprovechar al máximo la capacidad de la batería instalada.
Para dimensionar el resultado, el mismo fabricante señaló que uno de sus SUV eléctricos de producción, equipado con una batería equivalente, tiene una autonomía homologada cercana a 610 kilómetros bajo el ciclo WLTP.
En condiciones de conducción sostenida a alta velocidad, esa cifra puede reducirse en aproximadamente un 30 %.
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