Este vecino de Colombia quiere producir baterías para carros eléctricos con el mayor fabricante
CATL concentra cerca del 37 % del mercado global de baterías eléctricas, lo que lo convierte en el líder en este mercado.
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La industria automotriz mundial atraviesa una transformación marcada por la transición hacia los carros eléctricos. En este escenario, América Latina busca posicionarse como un actor relevante en la producción de tecnologías clave, entre ellas, las baterías que impulsan esta movilidad.
Uno de los países de la región que quiere dar un paso decisivo es Brasil, que además de ser uno de los hub de producción en Latam para muchas marcas, ahora se prepara para abrir la puerta a un acuerdo con el mayor fabricante de baterías para carros eléctricos del planeta: la compañía china Contemporary Amperex Technology (CATL).
En la capital brasileña se llevó a cabo una reunión entre representantes de CATL y el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira. El encuentro hace parte de los esfuerzos del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para atraer inversiones extranjeras de alto nivel en energías renovables y almacenamiento.
Silveira explicó que la asociación con la empresa asiática “simboliza la confianza del sector privado internacional en el potencial energético de Brasil”. Según el funcionario, la meta del Ejecutivo es transformar ese liderazgo en energías limpias en “empleos, ingresos e innovación para el pueblo brasileño”.
La firma con sede en Ningde, China, concentra cerca del 37 % del mercado global de baterías eléctricas, lo que la convierte en el actor más influyente del sector. Sus competidores más cercanos son BYD, también de origen chino, y la surcoreana LG Energy Solution.
Además de abastecer a las principales automotrices, CATL avanza en la instalación de plantas en distintos continentes. A finales de 2024, cerró un acuerdo con el grupo Stellantis para construir una fábrica en España, con una inversión aproximada de 4.100 millones de euros (unos 4.800 millones de dólares).
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El Ejecutivo brasileño no reveló detalles sobre compromisos de inversión, pero sí dejó claro que su estrategia apunta a captar proyectos de gran escala que puedan consolidar al país como referencia en movilidad eléctrica. Para el ministro Silveira, la cooperación con China refuerza la meta de convertir a Brasil en un líder global de energías renovables y almacenamiento.
El gobierno también subrayó que estas iniciativas deben desarrollarse bajo criterios de sostenibilidad, destacando que se busca generar empleo con “responsabilidad medioambiental”.
El acercamiento entre Brasil y CATL ocurre en medio de un momento particular en la geopolítica energética. China se mantiene como el mayor socio comercial de Brasil, mientras que las relaciones con Estados Unidos —otro de los aliados históricos de la nación suramericana— atraviesan tensiones en el ámbito económico y diplomático.
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En ese marco, la cooperación tecnológica con Pekín se presenta como una vía para diversificar inversiones y fortalecer la industria brasileña frente a la creciente demanda de movilidad sostenible en el mundo.
CATL ya había manifestado su interés en expandirse a nuevos mercados. En junio pasado, Ni Jun, director de manufactura de la compañía, aseguró que la prioridad de la empresa es ampliar su presencia internacional. Brasil aparece como un destino estratégico por su capacidad energética y por el tamaño de su mercado interno.