Condenan a mujer que abusó de la compañera del colegio de su hija: piden la pena máxima
Luego de que el caso de la víctima saliera a la luz, las autoridades descubrieron que la mujer también le enviaba mensajes idebidos a otros menores.
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Una madre de familia, quien es conocida por ayudar en el equipo de porristas de la escuela donde estudia su hija, ha sido sentenciada a 26 años de prisión por una serie de crímenes que incluyen abuso sexual y conducta indecente.
El caso tomó un grio 180 grados cuando la petición para la imposición de la pena más severa posible provino de una voz inesperada y dolorida: la de su propia hija menor.
La condenada, Leann Yammarino, de 45 años, era una madre destacada en la zona de Ascension, Luisiana, Estados Unidos. Su perfil de "mamá animadora" se desmoronó por completo luego de que la investigación policial revelara la magnitud de sus acciones.
El pasado martes, Yammarino se presentó en la audiencia de sentencia visiblemente afectada; la mujer sollozaba y mantuvo la cabeza inclinada ante la jueza Keyojuan Gant-Turner, tal como mostraba su foto policial, en la que se veía con los ojos llorosos y el rostro enrojecido.
Sin embargo, su lamento fue insuficiente frente al peso de la evidencia y, sobre todo, frente al desgarrador testimonio de su hija. La joven se dirigió a la corte con una súplica explícita: que la jueza impusiera la máxima condena posible a su madre por haber arruinado la vida de la familia y por el daño causado a su compañera de clase y a la confianza de todo el entorno escolar.
La jueza Gant-Turner adoptó una postura de máxima severidad. Yammarino fue condenada a la pena máxima de diez años de cárcel por cada uno de los dos cargos de abuso sexual que enfrentaba, a lo que se sumaron tres años por cada cargo de conducta indecente.
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El factor que elevó la pena al aterrador total de 26 años es que la magistrada ordenó que las condenas se cumplieran de manera consecutiva. Esto asegura que la mujer, quien ya está tras las rejas desde su arresto en julio del año pasado, solo recobrará la libertad cuando tenga más de 70 años, y deberá registrarse de por vida como delincuente sexual una vez que sea liberada.
La investigación se detonó en julio de 2024, cuando un estudiante de 14 años de la Escuela Secundaria Dutchtown denunció haber tenido relaciones sexuales con Yammarino en dos ocasiones desde enero. No fue un incidente aislado.
La fiscalía pudo establecer que la mujer también había intercambiado mensajes de texto de contenido sexual y videos obscenos de ella misma con al menos otros cinco adolescentes, cuyas edades oscilaban entre los 14 y 16 años.
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El fiscal de distrito de Ascension, Ricky Babin, la había calificado de "amenaza" porque "sus víctimas son menores de edad" y había recalcado que sus acciones no fueron un evento único. La sentencia impuesta por la jueza Gant-Turner es una de las más largas registradas para este tipo de crímenes en el distrito, enviando un mensaje claro sobre la intolerancia al abuso.