Padres intentaron matar a su hija por rechazar un matrimonio arreglado: su novio la salvó
El testimonio del joven conmocionó al tribunal: “Golpeé su cabeza unas 40 veces para salvarla”.
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Un estremecedor caso de presunto intento de “crimen de honor” ha salido a la luz en el condado de Thurston, Washington (EE. UU.), donde un adolescente relató entre lágrimas cómo luchó por salvar la vida de su novia, Fátima Ali, quien fue atacada brutalmente por sus propios padres tras negarse a un matrimonio arreglado en Irak.
Fátima, hoy de 18 años, escapó de su casa en octubre del año pasado luego de enterarse que sería obligada a casarse con un hombre mayor en Medio Oriente. Según la fiscalía, sus padres intentaron asesinarla al día siguiente frente a su escuela secundaria, Timberline High School.
El joven Isiah, su novio y menor de edad en ese momento, testificó en el Tribunal Superior del condado, ofreciendo un testimonio profundamente emotivo. Describió cómo intervino para impedir que el padre de Fátima, Ihsan Ali, la estrangulara.
“Le golpeé la cabeza unas 30 o 40 veces. Su rostro estaba pálido y sus ojos comenzaban a voltearse”, contó, antes de que la intensidad del momento obligara a interrumpir su declaración.
Ihsan Ali, 44, and Zahraa Subhi Mohsin Ali, 40, face charges of attempted murder and after the father tries to choke his 17 daughter to death because she refused to be sent to Iraq for an arranged marriage to an older man
— leilani dowding 🌸🚜 ☮️ (@LeilaniDowding) November 16, 2024
The girl fled to Timberline High School in Lacey,… pic.twitter.com/2oShNSLZpN
La madre de Fátima, Zahraa Subhi Mohsin Ali (40), también participó en el ataque, según los informes. Ambos padres enfrentan cargos por intento de asesinato en segundo grado e intento de secuestro. Se encuentran detenidos con fianzas establecidas en 1 millón y 500 mil dólares, respectivamente.
Fátima había huido de su hogar esa mañana con apenas una bolsa de ropa y 100 dólares. Se dirigió a su escuela para pedir ayuda y fue referida a un refugio juvenil, aunque no se le proporcionó transporte. Isiah decidió acompañarla a la parada del autobús, sin imaginar que serían interceptados por su padre.
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“El padre se volvió agresivo. La agarró del hombro y cuando traté de separarlos, me golpeó. Después vi cómo la tomó por el cuello y la tiró al suelo. Seguí golpeándolo hasta que cerró los ojos y la soltó”, añadió Isiah, quien resultó con un dedo fracturado.