Colombia se acerca a un punto de quiebre demográfico por envejecimiento acelerado
El envejecimiento poblacional representa desafíos fiscales, laborales y sociales, con un impacto creciente en pensiones, salud y ahorro.
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Colombia enfrenta un cambio profundo en su estructura poblacional. A finales de este mes, se publicarán nuevas proyecciones oficiales que, según las autoridades, reflejarán de manera más clara el impacto de la caída sostenida en la natalidad. Este fenómeno está acelerando el envejecimiento de la población y modificando los procesos demográficos del país.
Actualmente, el país se aproxima al umbral en el que habrá más personas mayores que jóvenes, un punto que, con los nuevos datos, podría adelantarse hacia mediados de la década de 2040. Esta transformación plantea retos fiscales significativos, principalmente en los sistemas de salud y pensiones, que deberán ajustarse para atender a una población cada vez más longeva.
Uno de los principales desafíos es el bajo nivel de ahorro, especialmente entre la mayoría de la población. Solo el 10 % con mayores ingresos logra ahorrar de manera sistemática. En este contexto, una reforma pensional que fortalezca el ahorro forzoso y políticas de educación financiera que impulsen el ahorro voluntario se consideran medidas clave para garantizar la sostenibilidad del sistema.
La situación es más crítica en el ámbito laboral, con una alta informalidad, especialmente en zonas rurales. Aunque desde 2021 se cuenta con una nueva metodología para medir este fenómeno a nivel nacional, los datos muestran avances muy lentos. El sector agropecuario, a pesar de su importancia histórica, concentra cerca del 85 % de la informalidad rural.
El envejecimiento también se expresa de manera desigual entre regiones. Mientras zonas como Bogotá y la región andina presentan una población más envejecida debido a mayores niveles de inversión social e infraestructura, regiones como La Guajira, Guainía y Vaupés conservan una población joven pero en condiciones de pobreza. Esto se explica por factores etnográficos y una menor inversión en salud, educación y servicios básicos.
A pesar de la preocupación por la baja natalidad, las experiencias internacionales indican que los incentivos económicos para aumentar la fecundidad han sido ineficaces. En cambio, se destaca la importancia de otras estrategias como el aprovechamiento del bono de género, la atracción de migrantes en edad laboral y la modernización del contrato social.
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El envejecimiento no solo representa desafíos, sino también nuevas formas de vida. En Colombia, por ejemplo, es común que los abuelos, incluidos los hombres, participen activamente en el cuidado de los nietos, un fenómeno poco habitual en otros países. Esta red de apoyo intergeneracional podría convertirse en un activo social importante en la transición demográfica del país.
La combinación de envejecimiento poblacional, transformación del mercado laboral, avances tecnológicos y cambio social, requiere una adaptación integral del modelo de desarrollo. Colombia está ante una coyuntura decisiva que marcará su futuro económico y social.