“Emboscadas y el clima retrasaron llegada de refuerzos en Buenos Aires”, explica la Policía
El coronel Gerson Bedoya, comandante de la Policía en el departamento del Cauca, detalló que la tardanza de aproximadamente cinco horas y media se debió a una combinación de sabotajes terrestres, emboscadas preparadas y condiciones meteorológicas que impidieron el apoyo aéreo inmediato.
El reciente ataque contra la estación de Policía en Buenos Aires, Cauca, por parte de las disidencias de 'Iván Mordisco', que se extendió por varias horas, puso en el foco la demora en la llegada del apoyo crucial para repeler a los atacantes. El coronel Gerson Bedoya, comandante de la Policía en el departamento del Cauca, detalló que la tardanza de aproximadamente cinco horas y media se debió a una combinación de sabotajes terrestres, emboscadas preparadas y condiciones meteorológicas que impidieron el apoyo aéreo inmediato.
El retraso de cinco horas y media: clima y explosivos
El hostigamiento a la estación de Policía se inició alrededor de las 5:30 de la mañana. De inmediato se coordinó el apoyo terrestre con el Ejército Nacional, específicamente con la Tercera Brigada y la Brigada 29. Sin embargo, el avance por tierra se vio frustrado cuando, al llegar al sector La Balsa, los criminales detonaron un artefacto explosivo, impidiendo el paso. Además, la llegada se retrasó porque sufrieron el pinchazo de neumáticos en aproximadamente diez carros y un camión.
Uso de civiles y la táctica de la ‘toma’
El coronel Bedoya hizo una clara distinción entre este evento y un hostigamiento menor, al clasificarlo como una "toma". Mientras un hostigamiento es esporádico y puede durar pocos minutos, este ataque fue sostenido por más de dos horas e involucró comisiones de apoyo de estos terroristas del grupo Jaime. Lo que caracterizó la toma fue que los terroristas se mezclaron entre la población civil, sacando a la gente de sus casas y utilizándolas para arremeter contra la policía, limitando la capacidad de respuesta de los uniformados.
Durante el asalto, los criminales utilizaron 20 granadas con drones, tatucos y cilindros, dirigidos principalmente a la estación. Resultaron afectados la Alcaldía, el Banco Agrario, y quince viviendas de la comunidad que fueron utilizadas por los atacantes. Adicionalmente, los terroristas obligaron al párroco del municipio a emitir mensajes por los megáfonos de la iglesia, intentando desmoralizar a los policías para que se entregaran.