El Gobierno nacional dio un nuevo paso en su política de paz total con la instalación de la preconsulta para la Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en el Resguardo Indígena del Gran Mallama, municipio de Piedrancha (Nariño). El encuentro marca el inicio de un proceso que pretende preparar las condiciones para el desarme y la reincorporación de integrantes del grupo armado Comuneros del Sur.
Aunque el evento fue presentado como un avance en la consolidación de la paz territorial, varios líderes locales y observadores advierten que los retos son enormes. Nariño sigue siendo uno de los departamentos con mayor presencia de disidencias, economías ilegales y disputas territoriales, lo que podría dificultar la implementación real de una zona de ubicación segura.
En la jornada participaron representantes de los 43 sectores del resguardo, junto con delegados de entidades nacionales como Fondo Paz, Planeación Nacional y la Gobernación de Nariño, además de organismos de acompañamiento como la MAPP-OEA, la Defensoría del Pueblo y la Conferencia Episcopal.
La preconsulta es una etapa previa a la consulta formal, en la que se socializan los objetivos y reglas del proceso. En este caso, el Gobierno busca acordar con la comunidad indígena Pasto los términos para instalar una zona temporal que facilite la transición de los armados hacia la vida civil, en condiciones de respeto a la autonomía y la cultura local.
También señalan que la presencia estatal en Mallama y otros municipios de Nariño sigue siendo débil, limitada en muchos casos a operaciones militares sin un acompañamiento sostenido en salud, educación o justicia.
La ZUT Mallama fue seleccionada por su posición estratégica y la cohesión del cabildo indígena, pero el desafío será mantener la confianza y evitar que la zona se convierta en un nuevo punto de fricción o un vacío de poder.
La preconsulta es, en esencia, una prueba de fuego para la política de paz total del Gobierno: si logra generar acuerdos legítimos y duraderos con las comunidades, podría convertirse en un modelo para otras regiones; si fracasa, podría sumarse a la larga lista de intentos frustrados de pacificación en el suroccidente del país.