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Entre tanto, las milicias bolivarianas del frente 6, el frente 36 y varios otros han expresado su apoyo a lo acordado hasta ahora en comunicados enviados a Timoleón Jiménez, alias Timochenko, comandante de esa guerrilla.
Las conversaciones de paz, ya casi en su recta final, seguirán abordando el tema de la reincorporación de la Farc a la sociedad y la garantía de una amnistía e indulto como seguridad jurídica para el grueso de los guerrilleros que se desplazarán hacia las zonas verdales.
Se busca también el indulto para los guerrilleros y los que han sido señalados por las autoridades como colaboradores de las Farc, y que hoy están en las cárceles del país, en su mayoría condenados por el delito de rebelión y conexos.
En Colombia las fuerzas se dividen entre los que le dirán no a los acuerdos de La Habana y aquellos que creen que la paz es posible. Si la guerrilla más antigua del continente deja las armas, pasará a la política y si se cumple con los acuerdos, os próximos diez años serán una verdadera prueba de fuego para los gobiernos siguientes, en el llamado periodo de transición.
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