En medio de la guerra comercial desatada por los Estados Unidos, Colombia estará esta semana en el ojo del huracán. El presidente Gustavo Petro está en China con el firme propósito de sumar a Colombia a la ruta de la seda, algo que ha desatado fuertes críticas de muchos empresarios en el país.
¿Qué es la ruta de la seda?
La iniciativa de la Franja y la Ruta, conocida como la ruta de la Seda, es un programa lanzado por el Gobierno chino en 2013 para fomentar inversiones que fomenten el libre comercio en el mundo. El programa es tan grande que el conteo del Foro Económico Mundial en 2023 calculaba que las inversiones ya habían superado la cifra de 1 billón de dólares, mientras que el Banco Mundial estimó que en los países del corredor el comercio puede aumentar hasta en un 9.7 % y la inversión hasta en 7.6 %.
La iniciativa es hoy por hoy la bandera económica China ante el mundo.
"Cubriendo la tierra, el océano, el cielo e internet, esta red ha impulsado el flujo de bienes, capital, tecnologías y recursos humanos entre los países implicados", dijo el presidente Xi Jinping durante la celebración de los 10 años de la ruta.
Las inversiones han incluido trenes, puertos, minería, internet satelital y muchas otras iniciativas.
¿Un regalo envenenado? Los riesgos de la ruta de la seda
Las inversiones de la ruta de la Seda no son gratuitas. El Gobierno chino está haciendo préstamos a los países en vías de desarrollo para financiar los proyectos, pero además los acuerdos no son transparentes para la mayoría de analistas.
"Está acompañada de ciertas críticas porque en algunos países ha llevado a un endeudamiento excesivo, un apalancamiento que ha generado unas condiciones de deuda muy importantes y, por tanto, cierto grado de dependencia económica frente al Gobierno chino. También porque muchos de estos proyectos no tienen la suficiente transparencia y no se conocen al final bien los términos y los compromisos a los cuales los gobiernos se comprometen, valga la redundancia, para hacer parte de esta iniciativa", explicó el presidente de Anif, José Ignacio López.
Según el Foro Económico Mundial, las deudas asociadas a la ruta de la seda han convertido a China en el mayor cobrador de deudas del mundo.
En 2019 el Banco Mundial advirtió a los países que debían analizar cuidadosamente los riesgos de las inversiones porque podrían terminar con infraestructura subutilizada y deudas enormes y que los beneficios de ser parte de la ruta solo se materializan si los países adoptan reformas de políticas que aumenten la transparencia, expandan el comercio, mejoren la sostenibilidad de la deuda y mitiguen los riesgos ambientales, sociales y de corrupción.
Los empresarios colombianos también tienen dudas sobre la transparencia de los acuerdos en torno a la ruta de la seda. Por ejemplo, la presidente de Amcham, María Claudia Lacouture lanzó varias preguntas al Gobierno desde su cuenta en X entre ellas: ¿Cuáles son las obligaciones que nuestro país adquieres a través de la firma de este instrumento y cuáles las que la China asume para con Colombia?, ¿Qué garantías ofrecerá China para evitar distorsiones de mercado o prácticas de competencia desleal que afecten a la industria y el empleo colombiano?, ¿Se tuvo en cuenta que China no es reconocida internacionalmente como una economía de mercado, lo implica que el país no cumple con los principios básicos del libre mercado?.
¿Una buena idea en mal momento?
Aunque la ruta de la seda existe hace más de 10 años, solo ahora, en medio de la guerra comercial, Colombia decidió aproximarse a China y manifestar su interés en ella.
"Es una provocación innecesaria a nuestro principal socio comercial como lo es Estados Unidos", dijo el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal.
El Gobierno de los Estados Unidos está observando con atención y desconfianza el papel cada vez más protagónico de China en el mundo y también en América Latina. Para la muestra, Panamá anunció que no renovará sus acuerdos para seguir en la Ruta de la Seda en medio de las amenazas de Donald Trump de recuperar el control del Canal de Panamá y quitar de ahí la influencia china incluso por la fuerza.
Sin embargo, para el presidente Gustavo Petro, el momento de la ruta de la seda es ahora.
"Hay quienes quieren satanizar mi viaje a China, porque piensan que Colombia debe mirar a un solo lado. EEUU demuestra que si puede relacionarse con el mundo, los felicito por su acuerdo con China; y por eso Colombia debe, también, relacionarse con el mundo, y, por tanto, con China", escribió Petro en X.