Bajo pretexto de crisis en Gaza, intentan reeditar estallido de 2021: colombianos no queremos caos
La sociedad colombiana no quiere el miedo ni el caos, en el que algunos surfean a su antojo y lo convierten en un efectivo motor electoral.
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La captura de dos colombianas por parte de las autoridades de Israel se ha convertido en el pretexto de sectores políticos de izquierda para intentar el inicio del “Estallido Social 2.0”, por medio de la reaparición de encapuchados violentos que pretenden generar caos y violencia, buscando reeditar lo sucedido en el 2021.
A diferencia de lo ocurrido durante el gobierno del expresidente Iván Duque, en el que el pretexto para el estallido violento fue la reforma tributaria del ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, en esta oportunidad pareciera que el dinamizador de las protestas es el odio en contra de los empresarios y en contra de los “ricos” y los “burgueses”.
No es casualidad que mientras el discurso del presidente Gustavo Petro es hostil en contra de la Andi, a quien acusa de poner “la ganancia por encima del ser humano y la codicia por encima de la vida”, los manifestantes, pacíficos y violentos, deciden convocar marchas contra las sedes de la asociación de empresarios en Bogotá, Medellín y otras ciudades.
Capítulo aparte merece el caso de Juan Camilo Villalobos, uno de los líderes de las manifestaciones de los últimos días, que de acuerdo con la investigación que hizo el concejal de Bogotá Daniel Briceño, desde 2023 es contratista de la Presidencia de la República, recibiendo honorarios por más de 250 millones de pesos.
Claro que son legítimas las protestas pacíficas de quienes se quieren manifestar contra la hambruna en Gaza y contra la detención de las colombianas por parte de Israel, lo que resulta inaceptable es que se acuda a la violencia y al vandalismo y que se pretenda inocular odio en contra de los empresarios, apelando a la vieja y trasnochada lucha de clases con fines electorales.
La sociedad colombiana no quiere el miedo ni el caos, en el que algunos surfean a su antojo y lo convierten en un efectivo motor electoral. Lo ocurrido contra la ANDI y contra la Policía no es un hecho aislado y nos recuerda la dolorosa época de la violencia de la Primera Línea, con bloqueos, intimidación y caos. Los colombianos queremos paz y democracia, no caos ni violencia.