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No es nada inteligente comprar un carné por $250.000 cuando la vacuna es gratis

Me niego a la trampa, es mejor perder que caer en ella. Hacer trampa es demostrar incapacidad, falta de valores y que nadie puede confiar en nosotros.

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Alberto Linero
Foto: Alberto Linero

Me gusta jugar dominó. Lo aprendí de mi papá, quien era todo un experto en ese juego de mesa. La primera vez que lo vi furioso en una de sus tantas partidas, fue porque se percató de que uno de los contrincantes estaba haciendo seña. Recuerdo la discusión, pero sobre todo, la firmeza con la que mi papá dijo: “Ganar haciendo trampa es una muestra de estupidez”. Él se levantó y nos fuimos para la casa.

No olvidé nunca la escena, porque se me volvió una lección de vida.

Hacer trampa es demostrar que somos incapaces, que perdimos los valores y que nadie puede confiar en nosotros.

Sin embargo, he comprobado a lo largo de la vida que somos proclives a caer en eso, y creo que es fruto, en algunos casos, de que se volvió un hábito y muchos engañan y mienten sin razón, pero también por la imperiosa necesidad de ganar en una sociedad que desprecia al segundo, y porque de alguna manera, se aplaude al tramposo, se le cree inteligente, audaz, vivo, capaz de gambetear lo legal y de burlarse de la confianza del otro.

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Me niego a la trampa, y creo que es mejor perder que ganar haciéndola. Estoy seguro que acostumbrarnos a ella nos envilece y nos lleva a fracasar como individuos y sociedad. Por ejemplo, en estos días algunos muestran su pérdida de valores, pero también su estupidez, comprando –decían ayer en el Canal Caracol que por 250 mil pesos- el carnet de vacunación falso, cuando vacunarse es gratis. Disculpen, pero eso no es inteligente y expresa lo acostumbrada que está nuestra sociedad a la corrupción.

Creo que la solución comienza con la sanción social. El tramposo está motivado por la satisfacción, la emoción de superioridad y el orgullo que siente al lograr su cometido. Si somos capaces de rechazarlo y hacerle sentir nuestro desprecio a su acción, seguro podremos ayudarlo a cuestionarse y a vivir de una manera honesta.

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Más allá del asunto legal en el que esperamos que siempre actúe la justicia, nosotros tenemos que ser contundentes con el que actúa sin honestidad. No se puede despreciar la corrupción y apoyar a los corruptos.

Escuche la reflexión en Mañanas BLU:

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