Alguien pudiera creer que este editorial es del año pasado, pero no. Lo que sucede es que extrañamente, aunque se ha advertido muchas veces y se han hecho numerosas campañas, sigue repitiéndose la situación de quemados por la pólvora en este tiempo próximo a Navidad. Por ejemplo
Es extraño que después de todo el sufrimiento que se ocasiona a niños y a distintas personas, se siga creyendo que está bien y no se tomen particularmente las medidas de cuidado. Está claro que si año tras año tenemos que escuchar estas lamentables noticias, es porque
Hay quienes alegan que contra la tradición del uso de la pólvora en estas fiestas no se puede pelear, y quizá tengan razón, porque es un hecho que históricamente la pólvora sirve como diversión y expresión de celebración, pero eso
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También hay que pensar, por ejemplo, en la repercusión que este tipo de diversión humana tiene en los animales. Y es que es un tema de todos los años el intentar hacer que disminuya su uso para que las mascotas puedan tener tranquilidad.
Como siempre, mi invitación es a
No vale la pena echar a perder una celebración por un momento de efusividad que puede terminar dañando a aquellos que decimos amar. Diciembre sin pólvora será un mes más tranquilo.
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