"Desarmar el lenguaje no significa dejar de defender nuestras posiciones": presidente de la Cámara
Sobre la reforma laboral, Salamanca insistió en que el Senado debe entrar en la discusión con apertura, sin cerrarse a lo ya aprobado.
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El presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, hizo un llamado a rebajar el tono del debate político y promover el respeto, sin que esto implique renunciar a las ideas o convicciones. En entrevista con Mañanas Blu 10:30, destacó el valor simbólico del encuentro promovido por la Iglesia católica, realizado tras el atentado contra el senador Miguel Uribe, y afirmó que es posible construir desde la diferencia.
Según Salamanca, la reunión demostró que los colombianos pueden sentarse a dialogar, incluso con posturas opuestas, sin que eso conduzca a la violencia. “Que sí somos capaces y nos proponemos realmente cada uno de nosotros, independientemente de las miradas, de sentarnos a la mesa y compartir nuestras opiniones sin llegar a la violencia como mecanismo de resolución de nuestros conflictos”, dijo.
El presidente de la Cámara resumió el mensaje central del encuentro en tres pilares: escucharse y valorarse como compatriotas, desarmar el lenguaje agresivo y rechazar cualquier forma de violencia. “Desarmar y armonizar la palabra no quiere decir que cada uno renuncie a sus posiciones”, aclaró, al señalar que se puede tener un debate firme sin acudir a la agresión verbal ni a la estigmatización.
Sobre la reforma laboral, Salamanca insistió en que el Senado debe entrar en la discusión con apertura, sin cerrarse a lo ya aprobado. Dijo que prefería esperar a que la Cámara alta debata con responsabilidad y construya consensos como los alcanzados en la Cámara.
Recordó que el proyecto aprobado no fue un cheque en blanco para el Gobierno. “La reforma de la Cámara no es la reforma que quiso el Gobierno. Allí en las 12 sesiones plenarias y en las seis sesiones de comisión, más de 49 mesas técnicas y 18 meses de debate, pues la Cámara logró con las distintas bancadas (...) un texto que esperamos el Senado (...) no se aparte demasiado”.
Aunque reconoce que la conciliación entre Cámara y Senado es clave, subrayó que la decisión final estará en manos de las plenarias. “La clave no está en el conciliador, la clave está en los votos que tenga cada corporación para definir qué texto se aprueba o si se aprueba o no”.
También aseguró que no frenará el trámite de la conciliación, como ocurrió con otras reformas. “Por supuesto que yo la agendaré y esto no quiere decir que yo no nombre conciliadores, por supuesto que yo lo haré, no haré las jugaditas que nos hicieron a nosotros en la reforma pensional”.
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Reconoció que le gustaría hacer parte directa de esa conciliación, pero legalmente no puede. “Yo sí quisiera ser conciliador (...) pero no puedo, legalmente estoy inhabilitado para ser. La Ley Quinta establece unos requisitos, casi que circunscribe esa posibilidad a que los conciliadores sean congresistas de la Comisión Séptima de Cámara”.
Por ahora no ha definido cuántos conciliadores designará, pero estima que serán uno o dos, y deberán ser anunciados a más tardar el jueves, para que la conciliación se pueda votar el viernes.