La cárcel El Pedregal de Medellín fue el epicentro este jueves de la inauguración del mural “Sembrando esperanzas, cosechando libertades”, una obra creada por siete personas privadas de la libertad que, a través del arte, plasmaron un mensaje de reconciliación, resiliencia y nuevos comienzos.
Este mural fue elaborado bajo el liderazgo del artista y ambientalista, Eduardo Butrón, en en que se representa la figura de un silletero antioqueño portando flores, ícono de trabajo, tradición y orgullo regional, que avanza hacia un horizonte de manos extendidas que entregan y reciben flores, normalmente asociadas con la pureza y la renovación.
“Guiar este proceso fue una oportunidad para demostrar que el arte no solo se crea, también se comparte y transforma. En cada sesión, vi cómo la pintura se convertía en un lenguaje común, capaz de unir experiencias y abrir espacios de diálogo. Este mural es el resultado de un trabajo colectivo que refleja que, incluso en contextos de encierro, la creatividad puede proyectar caminos hacia la libertad interior y el cambio personal”, manifestó al respecto el artista.
Este mural hace parte del proyecto Intramuros, una iniciativa de la Fundación BAT Colombia con el apoyo del Ministerio de Justicia y del Derecho, el Inpec y el Ministerio de las Culturas, que según destacan sus promotores ha llegado a un total de 11 intervenciones artísticas en diferentes centros penitenciarios del país.
Este es el momento en el que fue develado el mural:
“Cada mural que nace en este proyecto es una afirmación de libertad, no es solo arte sobre un muro, es un manifiesto de segundas oportunidades, de humanidad compartida. Creemos profundamente en el poder del arte para generar cambios reales en las personas, y para abrir puertas simbólicas hacia un nuevo comienzo. En Pedregal hemos visto cómo la creatividad florece incluso en medio de las circunstancias más difíciles, sembrando semillas de libertad y transformación”, destacó Ana María Delgado, gerente de la Fundación BAT Colombia.
A lo largo de la iniciativa, 98 personas privadas de la libertad han hecho parte activa de las obras, por lo que se calcula un impacto positivo a 7.642 internos en los 126 establecimientos de reclusión del orden nacional.