El hallazgo informado por la JEP se produjo en el municipio de Carepa en el marco de las acciones adelantadas en el Caso 04, que investiga hechos del conflicto en el Urabá, el Bajo Atrato y el Darién. La diligencia fue ordenada por el despacho de la magistrada Nadiezhda Henríquez, relatora del caso, y ejecutada entre el 10 y el 13 de noviembre de 2025 por el Grupo de Apoyo Técnico Forense.
Según explicaron desde la Jurisdicción Especial para la Paz, la ubicación de las fosas fue posible gracias a la información entregada por la Corporación Cordobesa del Desplazado, organización que acompaña a víctimas en la región y que permitió el hallazgo en límites con el sector conocido como Saiza en el municipio de Tierralta.
Según la información recabada, uno de los cuerpos podría corresponder a José Antonio Góez Mazo, desaparecido y asesinado presuntamente por exintegrantes de las Farc-EP en noviembre de 2012. Su hija y su hermano acompañaron la diligencia, aportaron datos en terreno y entregaron muestras biológicas requeridas para el proceso de identificación que adelanta Medicina Legal.
El segundo cuerpo correspondería a Euclides Úsuga García, quien era menor de edad al momento de su desaparición y asesinato en 1994. Sus hermanos guiaron al equipo forense hasta el punto de la inhumación. En esa misma fosa fue hallado el cuerpo de una tercera víctima, cuya identidad aún no ha sido establecida y que también habría sido asesinada por la extinta guerrilla.
Las labores contaron con el apoyo de la Gobernación de Antioquia y del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. La articulación interinstitucional ha sido clave para avanzar en el esclarecimiento de hechos ocurridos durante el conflicto armado en el Urabá y en la garantía del derecho a la verdad para las víctimas.
Los tres cuerpos permanecen en proceso de identificación forense en Medicina Legal. Una vez se confirme plenamente su identidad, serán entregados de manera digna a sus familias. Con este avance, la JEP destaca que continúa aportando a la búsqueda de personas desaparecidas y al cierre de décadas de incertidumbre para las familias del Urabá.