Violencia tiene confinadas unas 600 familias en límites entre Valdivia y Tarazá

La amenaza de artefactos explosivos y posibles confrontaciones entre grupos armados tienen entre la espada y la pared a comunidades rurales entre Valdivia y Tarazá.La posibilidad de desplazarse de la zona para evitar ser víctimas de cualquier acción violenta contrasta con minas o cualquier otro tipo de elementos que pudieran detonar en zonas de tránsito durante su traslado por lo que el confinamiento está siendo casi la única que tienen estas personas.Así lo destacó el alcalde del municipio de Tarazá, Yomer Fabián Álvarez, quien aseguró que la situación es particularmente crítica en las veredas Doradas Altas, Raudal Viejo y La Coposa.Allí, según cifras de la Defensoría del Pueblo y líderes de la zona hay unas 600 familias confinadas, por lo que el mandatario solicitó mayor presencia de la fuerza pública."El llamado es a la fuerza pública para que garantice la seguridad de los pobladores de esas veredas y nuestro compromiso como institución, como alcaldía y el llamado a la Gobernación de Antioquia y el llamado al Gobierno nacional es que la concurrencia con los proyectos tienen que llegar a ese sector", dijo el mandatario.Por su parte, el alcalde de Valdivia, Carlos Molina, ha explicado que las amenazas y alertas de parte de grupos armados sobre los peligros en la zona, principalmente por explosivos, han circulado a través de redes sociales.Autoridades locales han manifestado que operaciones de tropas del Ejército se mantienen muy cerca de las áreas afectadas, sin embargo, el peligro de explosivos dificultan las tareas de movilidad por precaución.Disputas por corredores de movilidad, el control del territorio y rentas ilícitas han justificado por parte del Clan del Golfo, disidencias de las FARC y el ELN la persistencia del conflicto que tiene en un complejo drama humanitario a los pobladores de estas zonas limítrofes entre el Norte y Bajo Cauca de Antioquia.