Ocho toneladas de explosivos y material de guerra —cinco en Nariño y tres en Putumayo— serán entregadas para su destrucción por parte de los frentes que conforman la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, en desarrollo de los diálogos de paz que completan un año con el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
La confirmación fue hecha a Blu Radio por el jefe de la delegación del Gobierno, Armando Novoa, quien consideró que este es un hecho inédito que refuerza la voluntad de paz de ese grupo ilegal y permite un verdadero desescalamiento del conflicto, contrario a lo que ocurre en otras regiones del país.
Se cree que en esta primera fase de entrega de material de guerra podrían incluirse minas antipersonales, morteros, granadas y otros artefactos explosivos, según explicó Novoa.
El protocolo para la recepción, registro, control y destrucción del material será discutido en una reunión que sostendrá una subcomisión la próxima semana en la zona rural de Tumaco.
“La entrega de explosivos, granadas y otros artefactos por parte de este grupo ilegal es el avance más importante conseguido por la delegación del Gobierno del presidente Petro”, afirmó Novoa, al recordar que hubo amagos de rompimiento de la mesa luego de que alias 'Iván Márquez', en enero de este año, desautorizara a la delegación de la Segunda Marquetalia para seguir utilizando ese nombre en el proceso de paz. Posteriormente, se produjo la captura de Andrés Rojas, hoy detenido en la cárcel La Picota.
Según explicó Novoa, este acuerdo entre las partes se alcanzó al término de la quinta sesión de diálogos de paz, llevada a cabo en el resguardo indígena de la comunidad Awá de Inda Zabaleta, en zona rural de Tumaco, y posteriormente fue refrendado en la ciudad de Pasto, donde se elevó de cinco a ocho el número de toneladas de material de guerra que será entregado por la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano.
"Este acuerdo es muy significativo y permite que Colombia vuelva a creer en el proceso, el cual, a un año de la instalación oficial de la mesa de conversaciones de paz, ha enfrentado numerosos inconvenientes que han sido superados por la voluntad tanto del Gobierno como de los integrantes de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano", señaló Novoa.
Aseguró Novoa que la destrucción del material de guerra, que será entregado antes de finalizar junio, debe realizarse en zonas apartadas de Nariño, bajo condiciones de seguridad que mitiguen los riesgos para las comunidades que habitan en las áreas delimitadas para la destrucción, y procurando evitar afectaciones al medioambiente. Así lo indicó Novoa, integrante de la Oficina del Consejero Comisionado de Paz.
Este proceso llamó la atención de la delegación del Gobierno nacional ante un eventual desarme y la reincorporación de los primeros 120 combatientes —60 en Nariño y 60 en Putumayo— donde la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano mantiene una presencia significativa.
"La destrucción de este material contará con el apoyo y acompañamiento de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA), la ONU y los países acompañantes en el proceso de diálogos", precisó.
"Este acuerdo de paz está avanzando y tiene como objetivo lograr el desarme y la reincorporación a la vida civil de los combatientes y comandantes. Debemos reconocer que, tras los diálogos de paz, las nuevas dinámicas de violencia en Nariño y Putumayo han disminuido considerablemente, como lo han expresado las propias autoridades municipales y regionales", insistió Novoa.
"La transformación del territorio en beneficio de las comunidades es una realidad, y la sociedad debe blindar este proceso para evitar que la violencia vuelva a ensañarse con esta región del país", agregó Novoa, jefe de la delegación del Gobierno nacional.
Líderes comunitarios y sociales de los municipios del Pacífico y del piedemonte costero nariñense, consultados por Blu Radio, dijeron que el anuncio de la destrucción de esta cantidad de material de guerra permite corregir el rumbo del proceso de paz y apunta a convertirse en un hecho histórico, logrado por la delegación del Gobierno en el marco de la denominada paz total del presidente Petro.