Emotivo: 25 niños tocaron la campana de la victoria para anunciar que vencieron el cáncer
El emotivo evento se desarrolló en el Hospital Internacional de Colombia, donde los 25 niños tocaron la campana de la victoria tras vencer el cáncer.
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El sonido de una campana y los abrazos entre lágrimas marcaron un momento inolvidable en el Hospital Internacional de Colombia (HIC) en Santander. Allí, 25 niños que culminaron con éxito su tratamiento contra el cáncer tocaron la llamada campana de la victoria, un acto simbólico que representa el cierre de una etapa marcada por la lucha y el inicio de una nueva vida llena de esperanza.
La ceremonia, cargada de emoción, reunió a pacientes, padres de familia, médicos, enfermeras, voluntarios y colaboradores del hospital, quienes celebraron no solo la remisión de la enfermedad, sino también la fortaleza de los niños y el acompañamiento permanente de sus familias. En diciembre, este gesto adquiere un significado especial, al convertirse en un mensaje de vida y resiliencia que muchos describen como un verdadero regalo de Navidad.
Cada año, el HIC diagnostica cerca de 60 nuevos casos de cáncer en menores de 18 años y brinda un seguimiento integral hasta completar la remisión. Entre los cánceres infantiles más frecuentes atendidos en la institución se encuentran la leucemia linfoide aguda, los tumores del sistema nervioso central y los linfomas. Sus tratamientos suelen ser intensivos, con una duración de entre ocho meses y un año, y controles médicos que pueden extenderse hasta cinco años.
Para la doctora Alexandra Pérez, oncóloga pediatra del HIC, el toque de la campana representa mucho más que el fin de un tratamiento.
“Es el logro de todas las batallas que estos niños y sus familias han tenido que librar, la recompensa a los esfuerzos, sacrificios y decisiones difíciles que se tomaron en el camino. Los resultados no son únicamente el fruto de la ciencia y la medicina, sino también de la fuerza, la voluntad y el compromiso de hacer lo necesario para luchar y vivir”, afirmó.
Entre las historias que hoy inspiran está la de Emiliano Valencia, un niño de nueve años diagnosticado en octubre de 2023 con leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo. Para él y su familia, el proceso estuvo lleno de incertidumbre y miedo, pero también de fe y acompañamiento médico constante.
“Cuando nos dieron el diagnóstico surgieron muchas dudas y preguntas, es un momento inexplicable. Sin embargo, Dios les dio la sabiduría a los profesionales para ejercer todo su conocimiento y, a través de la medicina, salvar la vida de nuestros hijos”, expresó Neidy Ardila, madre del menor.
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Tras más de dos años de tratamiento, Emiliano celebró con una sonrisa el final de esta etapa.
“Estoy muy feliz porque ya pude lograrlo”, dijo el niño, quien además animó a otros pacientes a no rendirse y a seguir creyendo en una vida sana y llena de sueños.
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Instituto de Cáncer HIC: experiencia y compromiso
Detrás de cada historia de superación hay un trabajo médico riguroso y sostenido. Hace más de una década, el servicio oncológico del HIC inició con recursos limitados y un equipo reducido, pero con una visión clara de crecimiento. Hoy, el Instituto de Cáncer HIC se consolida como un referente en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer en niños y adultos, respaldado por un equipo multidisciplinario de oncólogos, cirujanos, enfermeros, psicólogos, terapeutas y personal administrativo.
“Cada paciente nos ha enseñado coraje, valentía y resiliencia. Por eso seguimos apostando por la vida, combinando ciencia, tecnología y humanidad para transformar familias”, señaló la doctora Pérez, quien resaltó que estos eventos también subrayan la importancia del diagnóstico temprano, el acceso oportuno a los servicios de salud y el apoyo integral a los pacientes y sus cuidadores.
Aunque el cáncer infantil es menos frecuente que el de adultos, continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en la niñez. Sin embargo, con atención oportuna y tratamientos adecuados, muchos niños logran la remisión y pueden llevar una vida plena.
El significado de la campana
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La tradición de tocar la campana se remonta a 1996, en el MD Anderson Cancer Center de Houston, Estados Unidos. Allí, el almirante Irve Chuck Le Moyne, tras superar un cáncer agresivo, donó la campana de bronce de su barco y la hizo sonar para celebrar su victoria, inspirado en la costumbre marítima de tocar la campana al regresar con vida tras una tormenta. Desde entonces, este gesto se ha replicado en hospitales de todo el mundo como símbolo de resistencia, esperanza y supervivencia.