El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como derrame cerebral, se mantiene como la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en Colombia. Cada año más de 110.000 personas sufren un evento de este tipo y alrededor de 17.000 fallecieron en 2023 por esta causa, según los registros del Dane.
En Blu Radio hablamos con, Daniel Mantilla García, director del Servicio de Radiología Intervencionista de la Clínica Foscal en Bucaramanga, quien señaló que “la incidencia en el adulto joven ha venido en aumento” y que esto podría relacionarse con “cambios en los estilos de vida, factores estresantes en el trabajo y contaminación ambiental”.
Del total de casos anuales, cerca del 80% corresponden al ACV isquémico, que se presenta cuando un coágulo obstruye una arteria del cerebro, y el 20% al ACV hemorrágico, causado por la ruptura de un vaso sanguíneo. Los avances en atención y tratamientos como la trombólisis y la trombectomía mecánica se enfocan principalmente en el ACV isquémico.
Sobre el acceso a tratamiento, Mantilla destacó que “el sistema de salud permite que los pacientes tengan una atención oportuna”, aunque las condiciones geográficas dificultan el traslado rápido a centros integrales de ACV, ya que “cada minuto cuenta”.
Un análisis de la Clínica Foscal, el Ministerio de Salud y el Dane evidenció que entre 5% y 7% de los pacientes con ACV isquémico reciben tratamiento dentro del tiempo recomendado, una cifra que, aunque baja, “duplica la de hace cinco años”. Los datos fueron presentados por Mantilla en el congreso de la World Federation of Interventional Neuroradiology.
Sobre las señales de alerta, el especialista explicó que los síntomas pueden iniciar con “parálisis de la cara o de un brazo” o con sensaciones más leves como “adormecimiento u hormigueo”, y recalcó que “es mejor pecar por exceso que esperar” ante la sospecha.
En cuanto a los desafíos, Mantilla afirmó que “la prevención sigue siendo fundamental” y que es clave fortalecer “la identificación temprana de síntomas” y las “redes de atención en cada región”. También indicó que Colombia requiere más centros de rehabilitación, pues existe una fase intermedia en la que “la persona no está lista para volver a casa, pero tampoco necesita seguir hospitalizada”, y aún “hay mucho por hacer”.