El Instituto Nacional de Salud (INS) presentó el comportamiento de las intoxicaciones agudas por sustancias químicas en Colombia hasta el periodo epidemiológico VIII de 2025, con especial atención a los casos relacionados con intentos de suicidio.
El análisis mostró que la mayor incidencia de intoxicaciones con intencionalidad suicida se presentó en mujeres, con 35 casos por cada 100 000 habitantes femeninos, frente a 17,2 casos en hombres. El grupo más afectado corresponde a las adolescentes, donde se registraron 155,8 casos por cada 100 000 habitantes mujeres en este ciclo vital. En el caso de los hombres, la incidencia más alta se observó en jóvenes, con 81,9 casos por cada 100 000 habitantes masculinos.
Los medicamentos fueron las sustancias más utilizadas en los intentos de suicidio, representando el 75,7 % de estos eventos y el 48,7 % del total de intoxicaciones químicas notificadas. La incidencia nacional de intoxicaciones por medicamentos fue de 24,5 casos por cada 100 000 habitantes. En segundo lugar se ubicaron las sustancias psicoactivas, con una participación del 16,8 %, aunque mayormente asociadas a intoxicaciones de otro tipo de exposición no suicida.
En lo corrido de 2025 se han notificado 135 muertes por intoxicaciones químicas, diez más que en el mismo periodo de 2024, lo que equivale a un incremento del 8 %. Más de la mitad de estos casos (51,9 %) correspondieron a suicidios consumados. El metanol y los gases fueron las sustancias más letales, mientras que los plaguicidas fueron responsables del mayor número de fallecimientos.
El informe también documenta la ocurrencia de 352 brotes de intoxicaciones químicas, que sumaron 1 270 casos. De estos, el 43,9 % ocurrieron en poblaciones no confinadas como hogares, establecimientos comerciales y espacios públicos, y el 56,1 % en poblaciones confinadas, principalmente en lugares de trabajo y centros educativos.
El INS destacó que, aunque el comportamiento general de las intoxicaciones químicas se mantiene estable respecto a 2024, los casos de intento de suicidio, especialmente entre adolescentes, continúan representando un desafío para la salud pública en el país.