Adiós a Carmenza Duque, la cantante colombiana que emocionó al papa Juan Pablo II
La artista colombiana fue protagonista de la película mexicana 'El niño y el Papa' y en la visita del papa Juan Pablo II a Bogotá le cantó frente a 2 millones de católicos.
La cantante colombiana Carmenza Duque le cantó al papa Juan Pablo II en su visita al país en 1986.
Los colombianos amanecieron este jueves, 22 de mayo, con una triste noticia,la muerte de la extraordinaria cantante Carmenza Duque a los 74 años. Un adiós a una de las voces líricas más representativas del país y que fue célebremente recordada por su encuentro con el papa Juan Pablo II.
A lo largo de su trayectoria artística, Duque se destacó como una de las voces más emblemáticas de Colombia, especialmente por sus interpretaciones de canciones andinas, baladas románticas, boleros y rancheras. A los 16 años se trasladó a Bogotá para perseguir su pasión por el canto. Grabó más de 40 discos y obtuvo numerosos premios y reconocimientos.
Carmenza Duque y el día que le cantó al Papa Juan Pablo II y recibió de él un emotivo regalo.
Corría el año 1986, cuando el Papa visitó Colombia. La emoción del pueblo católico era incontenible, y el entonces presidente Belisario Betancur quería que ese momento quedara inmortalizado en todos los sentidos, incluida la música.
Fue él quien propuso que Carmenza Duque, quien también actuaba en una película mexicana 'El Niño y el Papa', le cantara al Pontífice en un evento oficial.
“No fue fácil lograrlo”, contaba Carmenza con frecuencia. Era la primera vez que una mujer solista le cantaba al Papa. Era un momento muy especial.
Carmenza Duque junto al papa Juan Pablo II y el presidente colombiano Belisario Betancourt.
Foto tomada de Se dice de Mí.
La escena fue tan poderosa que fue inmortalizada tanto en la memoria colectiva como en la película grabada durante la visita. Carmenza relató que el Papa la escuchó con atención, moviéndose al ritmo de la música, sonriendo, profundamente conmovido por la interpretación.
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“Yo estaba arrodillada, cantando. Al terminar, él me tomó las manos y me agradeció. Me dijo: ‘Gracias, cantas muy lindo’. Luego, se metió la mano en el bolsillo y me entregó un pequeño paquete: un rosario”, relató en una entrevista con Se Dice de Mí de Caracol Televisión.
Carmenza describió el momento como “celestial”. La emoción que sintió, aseguró, fue indescriptible. “Me daban ganas de llorar todo el tiempo de la felicidad”, decía.
El momento coincidió con una escena impactante de la película: un niño que se había perdido y cuya historia termina con un emotivo reencuentro con su madre, gracias a la visita papal. Esa escena simbólica, entre la música, la fe y el cine, capturó a millones.
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Carmenza Duque fue mucho más que una soprano. Fue un puente entre la cultura popular colombiana y los escenarios del mundo. Su interpretación frente al Papa no fue solo un acto artístico, sino una afirmación de identidad y espiritualidad para un país que vivía tiempos difíciles.