Según un reciente reporte revelado por el Sistema de Información Nacional de Educación
Básica y Media (Sineb), del Ministerio de Educación, aproximadamente 725.563 niños perdieron el año para el 2023.
Según las cifras de matriculas, ese fue uno de los años más críticos en cuanto a deserción y pérdidas del periodo escolar, dejando en 8.1 % la tasa de repitencia. Esto significa la cifra más alta de esta década, aumentando cuatro veces más que en los últimos cinco años.
Las regiones donde más niños y adolescentes perdieron el año son:
Los porcentajes corresponden a la tasa de repitencia en Colombia.
- Bogotá (5,8 por ciento).
- Atlántico (6,3 por ciento).
- Cundinamarca (6,7 por ciento).
- Vichada (17,2 por ciento).
- Vaupés (16,4 por ciento).
- Guainía (15,5 por ciento).
¿Qué indican los registros?:
- Para el 2019 hubo 176.362 repitentes, lo que representa una tasa del 1.9 %.
- En el marco del cierre masivo de instituciones debido a la pandemia por COVID
-19, en 2020 hubo 44.847 estudiantes que repitieron el año, siendo la tasa de 4.8 %.
- En cuanto a instituciones privadas, mientras el 2020 cerró con el 0.5 %, para el 2023 se elevó al 3 %.
- En cuanto a instituciones públicas la cifra es mucho más preocupante, pasó de ser el 2,2 % al 9,2 %.
Estas cifras señalan que el índice más alto está en regiones de difícil acceso, donde usualmente hay condiciones precarias, poco personal y problemas con la infraestructura
.
Pero la problemática va más allá, para el 2021 la tasa de deserción anual en educación superior en Colombia alcanzó el 10,08%, aumentando 1,22 puntos respecto a 2020.
La deserción acumulada por cohorte fue del 25,47% en universidades
, 34,01% en tecnológicos y 36,54% en técnicos
, reflejando que 1 de cada 3 personas abandona sus estudios en Colombia.
Según un informe del 2024 del Education at a Glance y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), Colombia es uno de los países con tasas de repitencia más alta.
Además, a los estudiantes que se quedan atrás les resulta cada vez más difícil ponerse al día. A esto se suma la falta de estrategias efectivas por parte de docentes, colegios
, familias y autoridades para abordar el problema y hacer un seguimiento oportuno, lo que deja hoy estas consecuencias preocupantes.