En Laboulaye, Córdoba (Argentina), ocurrió un hecho que ha conmocionado a la población. Allí, un adolescente de 13 años confesó haber asesinado a su mejor amigo, Joaquín Sperani, de 14 años.
El impactante hallazgo del cadáver en una casa abandonada, a tan solo 100 metros de la escuela donde ambos niños estudiaban, dejó a todos consternados, reportó La Nación.
El escalofriante testimonio
Durante el interrogatorio realizado por la Policía argentina, el presunto asesino pronunció las escalofriantes palabras: "Yo maté a Joaquín".
Las marcas encontradas en el cuerpo de Joaquín Sperani apuntan a que el joven pudo haber sido golpeado contundentemente en la cabeza. Cerca del lugar del hallazgo, las autoridades encontraron un hierro y unos ladrillos que podrían haber sido utilizados como armas en el ataque. Según el informe preliminar de la autopsia, la víctima no tuvo oportunidad de defenderse, y su agresor le habría propinado al menos 10 golpes, siendo el primero de ellos por la espalda.
El último encuentro
Joaquín y el presunto asesino cursaban el tercer año en el Instituto Provincial de Enseñanza Media. El jueves pasado fue la última vez que se vio con vida a Joaquín; su bicicleta se encontraba en la escuela, pero él no estaba dentro del centro educativo.
Las cámaras de seguridad registraron a la víctima y a su presunto asesino caminando juntos. Además, se descubrió que el detenido tenía el teléfono de Joaquín en su posesión y trató de confundir a los investigadores proporcionando información incorrecta sobre el recorrido que habían seguido después de salir de la escuela.
El misterio sin resolver
Aún no se conocen los motivos que llevaron al joven a atacar a su amigo de forma tan brutal. Joaquín, junto con otra compañera del instituto, eran conocidos como 'los tres mosqueteros' y siempre se les veía juntos, sin que se reportaran discusiones o conflictos entre ellos. La incredulidad y el dolor se hacen palpables en las palabras del padre de la víctima, Martín Sperani, quien afirma: "Todavía no caigo. Nos juntamos en casa, andábamos juntos por todos lados con los padres y con él".
Dado que el presunto asesino tiene menos de 16 años, no puede ser sometido a un proceso penal, según las leyes vigentes. El caso será remitido al juzgado penal juvenil, donde se tomarán las medidas correspondientes y se determinará el futuro del joven.