Recomendaciones para una Navidad inclusiva con personas con discapacidad visual
Según la OMS, más de 2.200 millones de personas viven con algún grado de pérdida visual o ceguera, pensar en celebraciones más accesibles se vuelve una necesidad y no una excepción.
La Navidad es sinónimo de encuentros, celebraciones y hogares llenos de movimiento. Sin embargo, para las personas con discapacidad visual, esta época del año también puede traer desafíos adicionales. La decoración, los muebles reubicados, los regalos acumulados y el aumento del ruido modifican el entorno habitual, generando barreras que afectan la movilidad, la orientación y la seguridad dentro del hogar.
Ante este panorama, el Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC) propone una serie de recomendaciones prácticas para vivir una Navidad accesible y segura. La primera de ellas es mantener los pasillos y recorridos completamente despejados. Retirar cajas, cables de luces, juguetes o muebles temporales reduce significativamente el riesgo de caídas, especialmente en días donde el tránsito dentro del hogar aumenta.
También es fundamental evitar cables, extensiones o adornos a nivel del piso. Estos elementos, comunes en la decoración navideña, se convierten en obstáculos inesperados. Fijarlos a paredes o ubicarlos en superficies superiores ayuda a garantizar un entorno más seguro. A la par, describir verbalmente cualquier cambio en la distribución del espacio —como la ubicación del árbol, muebles reacomodados o centros de mesa— permite que la persona con discapacidad visual construya una referencia clara del lugar y se mueva con mayor independencia.
Otra recomendación clave es asignar puntos fijos para las comidas, bebidas, regalos y objetos personales. Evitar cambios constantes facilita el acceso autónomo y disminuye la necesidad de asistencia continua. Asimismo, regular el volumen de la música y controlar los estímulos sonoros es esencial, ya que el exceso de ruido interfiere con la orientación auditiva y puede generar confusión o inseguridad.
Imgen de referencia.
Foto: Freepik
El CRAC también resalta la importancia de permitir la exploración táctil del espacio y de los elementos decorativos. A través del tacto, las personas con discapacidad visual construyen un mapa mental del entorno y participan de manera más activa en la experiencia sensorial de la Navidad.
La Navidad debe ser un espacio de inclusión real. Cuando una familia ajusta su entorno, está enviando un mensaje claro: aquí todos somos parte de la celebración. La accesibilidad no es un favor, es un derecho, y diciembre es la oportunidad perfecta para practicarla