La solidaridad unió lazos entre La Unión, Bolivia y Brasil
En La Unión un grupo de familias decidió adoptar a cada una de las víctimas mortales del accidente. En sus casas está la foto de jugadores, tripulantes y periodistas que fallecieron.
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Miguel Ángel Quiroga es el nombre del piloto que tras el accidente del avión de Lamia fue señalado una y otra vez, cuando se supo que la causa del accidente era la falta de combustible y que nunca se lo avisó a la torre de control del aeropuerto de Rionegro.
Esos señalamientos hicieron que la familia de Rubiela Osorio “adoptara” al piloto como el nuevo integrante de la familia.
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La adopción no solo es conocer la historia del campeón que partió al cielo, tampoco basta con tenerlo en una foto en la sala de la casa, encenderle una luz o elevarle una oración. Los Osorio construyeron lazos fuertes con los Quiroga Murakami, una reconocida familia boliviana.
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Como la de Rubiela Osorio, son 71 familias las que guardan un recuerdo de cada una de las víctimas. Muchas no han podido establecer nexos con los allegados de quienes partieron del mundo a 6 mil kilómetros de distancia, desde donde dejaron sus hogares para ser adoptados por la generosidad de los antioqueños.
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