"Paros cívicos en el Chocó: de 1954 a 2016", editorial de Ley del Montes
Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla, a propósito del paro en Chocó.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Cuenta la leyenda que uno de los primeros trabajos que debió realizar Gabriel García Márquez como cronista de El espectador fue el cubrimiento de un paro cívico en el Chocó en 1954, durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, pues sus habitantes se habían cansado del olvido del gobierno nacional y decidieron rebelarse para ser escuchados.
El joven cronista García Márquez fue a Quibdó con la firme intención de cubrir la protesta, pero al llegar a la capital del departamento –después de varios días de travesía- se encontró con la noticia de que el paro había sido levantado.
“Pues yo vine desde Bogotá a cubrir el paro del Chocó –dicen que dijo Gabo- y todos ustedes me organizan un paro”.
Pues bien, las razones del paro que fue a cubrir nuestro Nobel de Literatura en el Chocó en 1954 –cuando Rojas Pinilla pretendía desmembrar el departamento en tres partes: una para Antioquia, otra para Caldas y otra para el Valle del Cauca- son las mismas que llevaron la semana pasada a los habitantes de Quibdó a protestar por el olvido del gobierno nacional.
Dice García Márquez –en sus memorias “Vivir para contarla”, al rememorar el episodio- que en aquellos tiempos a Quibdó “sólo se podía llegar desde Medellín por una carretera de un solo sentido y en tan mal estado que hacían falta más de veinte horas para ciento sesenta kilómetros”.
La verdad es que más de 60 años después, la situación poco o nada ha cambiado: viajar desde Medellín hasta Quibdó sigue siendo un suplicio, como en 1954 en tiempos de Gabo. Y Quibdó sigue sin tener acueducto y alcantarillado, tampoco escuelas, ni hospitales, ni luz eléctrica permanente, ni empleos, distintos a los que genera la Alcaldía de Quibdó y la Gobernación del Chocó, que sólo benefician a los recomendados de los políticos que ganan las elecciones. La corrupción campea hoy igual que ayer en el Chocó.
Y el olvido del gobierno nacional sigue siendo el mismo, aunque el presidente Juan Manuel Santos diga que durante sus dos mandatos se han invertido 7.5 billones de pesos en el Chocó.
Triste tener que decirlo pero las razones del paro del Chocó en pleno siglo XXI son las mismas que llevaron a los padres y a los abuelos de los protestantes de hoy a rebelarse contra el gobierno nacional a mediados del siglo XX. Nada ha cambiado. Hasta el olvido sigue siendo el mismo. Ese es nuestro “Realismo mágico”.