En un paraje del municipio de El Tarra en la zona del
Desde entonces, las autoridades lo buscaban en varias poblaciones de la zona del Catatumbo, hasta donde se presume fue internado. Entretanto, su familia pedía los captores que lo dejaron en libertad y le respetaran la vida. Además, porque debido a varios quebrantos de salud era necesario el suministro de medicamento cada día.
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Según se conoció, quiénes lo tenían en su poder hicieron contacto con algunos de sus familiares y en un paraje del municipio de El Tarra fue dejado en libertad y ya está de nuevo en el seno de su hogar. El flagelo del secuestro sigue latente en Norte de Santander, sobre todo en poblaciones como Ocaña, Convención, Tibú y Abrego.
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