En un país lleno de desafíos y oportunidades como Colombia, hablar de energía va mucho más allá de discutir tarifas o tecnologías. Se trata de pensar en sostenibilidad, en desarrollo económico y en el compromiso con las generaciones futuras. En esta edición de Un Paso Adelante, el videopodcast de Bancolombia, Mauricio Rosillo conversa con Francesco Bertolli, un ejecutivo con más de 20 años en Enel y una mirada clara sobre lo que significa construir un mejor país desde el sector energético.
Bertolli, que llegó a Colombia poco antes de la pandemia, ha vivido de cerca tanto los retos climáticos como las oportunidades de transformación energética del país. “La única cosa que nos enseña la historia es que la historia no enseña absolutamente nada”, afirma con contundencia al hablar de los cambios climáticos impredecibles. Esta frase refleja una gran lección para emprendedores y líderes: en un entorno cada vez más incierto, la capacidad de adaptación y la planificación flexible son esenciales para sobrevivir y prosperar.
El ejecutivo destaca la importancia de pensar en largo plazo en un sector que tradicionalmente ha sido lento para transformarse. “Quien construye infraestructura piensa siempre 20 o 30 años adelante. Eso no es de la noche a la mañana”. Esta visión es vital para los emprendedores sociales y ambientales, quienes deben proyectarse más allá del beneficio inmediato y comprometerse con soluciones estructurales que generen impacto real y duradero.
Uno de los puntos más valiosos de la entrevista fue la forma sencilla con la que Bertolli explicó las energías renovables: “Si tomas sol, no le estás quitando el sol a tu hermano. Eso es renovable”. Esta imagen, tan clara como poderosa, recuerda que los recursos naturales bien gestionados no solo son sostenibles, sino que también pueden ser motores de inclusión, equidad y desarrollo para comunidades enteras. Para los emprendedores verdes, esta explicación puede ser el punto de partida de una narrativa que conecte con cualquier audiencia, sin necesidad de tecnicismos.
Sobre el estado actual del sector energético colombiano, Bertolli no oculta los desafíos: “Colombia tiene una matriz hidráulica muy desarrollada, pero cuando hay escasez de agua, se pierde el 75% de la capacidad de generación”. Aquí se plantea la urgencia de diversificar la matriz energética, no solo como una solución técnica, sino como una oportunidad para fomentar inversión, innovación y generación de empleo. Los emprendedores que se atrevan a entrar en este sector encontrarán espacio para crear soluciones descentralizadas, como generación distribuida, que no solo alivian la carga del sistema nacional, sino que empoderan a comunidades aisladas.
En cuanto al rol del sector financiero, Bertolli fue claro: “Solo en capacidad solar y eólica se requieren 16 gigavatios nuevos. Eso implica cerca de 15 billones de dólares en inversiones. Ningún Estado puede hacerlo solo”. Esta afirmación pone en el centro a las alianzas público-privadas y al sistema financiero como catalizadores del cambio. Es también una invitación directa a la banca, los inversionistas y los fondos de capital a mirar más allá del riesgo inmediato y apostar por el desarrollo sostenible.
Y no se trata solo de grandes cifras. Bertolli compartió una anécdota reveladora: “La última planta solar que comenzamos a construir ya tiene su energía vendida hasta 2037, en solo tres meses de mercado”. Este dato demuestra que la demanda existe, y con ella, una necesidad urgente de acelerar la oferta. La oportunidad está dada para quienes tengan visión y voluntad de participar.
En tiempos de transición energética, el papel de los emprendedores es vital. Su capacidad de innovación, agilidad y enfoque social puede ser el motor que impulse cambios sistémicos. Como bien lo dijo Francesco: “El error sería casarnos solo con una solución. Hay que tener planes A, B y C, porque el entorno es cada vez menos predecible”.
Así, la energía se convierte no solo en una industria, sino en una plataforma para el cambio social, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. Y el emprendimiento, con visión y propósito, es la chispa que puede encender esa transformación.