La crisis del gas en Colombia ha sido un tema recurrente en los últimos meses, con incrementos en las tarifas y la necesidad de importar gas por primera vez en 45 años. En una entrevista con Sala de Prensa, el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, analizó las causas de esta problemática y criticó la gestión del Gobierno en materia energética.
Acosta aclaró que la escasez de gas no es responsabilidad exclusiva del actual Gobierno, sino de una caída en las reservas y la producción que se ha venido acentuando en los últimos cinco años. “Llevamos cinco años con las reservas de gas en declinación. En 2023, la producción cayó un 9,4%, y para este año se estima que disminuirá un 11,6%, mientras que la demanda sigue en aumento”, explicó. Sin embargo, cuestionó la respuesta del Ministerio de Minas y Energía, dirigido por Andrés Camacho, señalando que su postura negacionista impidió tomar medidas oportunas. “El ministro insistió en que no había escasez de gas, sino un acaparamiento por parte de algunas empresas, e incluso amenazó con abrir investigaciones”, afirmó.
Pese a esta negativa, el 1 de diciembre de 2023, Colombia recibió su primer despacho de gas importado: “Cuarenta millones de pies cúbicos para suplir parte de la demanda esencial”, detalló Acosta. A su juicio, esta situación refleja una falta de previsión y planificación energética.
Colombia tiene reservas, pero falta exploración
El exministro también criticó la falta de incentivos para la exploración de nuevas reservas de gas, señalando que Colombia posee un gran potencial en este recurso. “Colombia cuenta con 2,3 terapies cúbicos en reservas probadas, pero la exministra de Minas, Irene Vélez, hizo cuentas alegres al sumar reservas probadas, probables, posibles y prospectivas para concluir que no había de qué preocuparse”, señaló.
Uno de los proyectos más prometedores es el pozo Sirius-1, donde se estima que las reservas podrían duplicar las actuales. Sin embargo, Acosta lamentó la cancelación de un proyecto clave en el área de Deco, que Ecopetrol y Anadarko estaban desarrollando en aguas ultra profundas. “El Ministerio de Ambiente suspendió la licencia de manera absurda y el barco-plataforma que ya estaba listo para perforar tuvo que ser retirado”, denunció.
El exministro comparó la situación con una paradoja económica: “Es como si tuviéramos una vaca lista para ordeñar, pero en vez de hacerlo, decidiéramos gastar tiempo y dinero importando leche desde China”.
Impacto en la seguridad energética
Acosta advirtió que la falta de exploración y explotación de gas no solo afecta las tarifas, sino también la seguridad energética del país. “La crisis en Ucrania puso de manifiesto la importancia de la soberanía energética. Colombia siempre había cubierto su demanda esencial con producción interna, pero ahora nos vemos obligados a importar”, alertó.
Hasta 2017, el país solo importaba gas para generación de energía en casos específicos, pero nunca para cubrir la demanda esencial, que incluye el consumo residencial, el gas vehicular y el abastecimiento de pequeñas industrias. “Es la primera vez en 45 años que Colombia debe importar gas para estos sectores, y esto se traduce en mayores costos para los ciudadanos”, concluyó.
El exministro enfatizó la necesidad de replantear la política energética y fomentar la exploración de nuevas reservas para garantizar el suministro interno y evitar una dependencia costosa del gas importado.