En audiencias concentradas de judicialización, la Fiscalía General de la Nación hizo un fuerte llamado de atención a José Eduardo Chalá, el conductor de taxi que, en estado de embriaguez grado tres, arrolló a once personas, entre ellas cuatro menores de edad, en el barrio Santa Rita, localidad de San Cristóbal, en el sur de Bogotá.
El fiscal del caso cuestionó duramente la decisión del hombre de conducir bajo los efectos del alcohol y lo responsabilizó de las graves consecuencias del siniestro.
Las inspecciones realizadas en el sitio del accidente y los elementos probatorios recolectados mostraron que el conductor perdió el control del vehículo debido a su estado de embriaguez, impactó a varios peatones que se encontraban en una esquina y terminó colisionando contra la fachada de una vivienda.
“Se produjo esta situación donde se afecta a varias familias, que hoy atraviesan difíciles momentos, a causa de una decisión suya: la clara intención de conducir en esas condiciones de salud”, señaló el fiscal durante la audiencia.
Durante la imputación de cargos, el fiscal detalló nuevamente las lesiones sufridas por las once víctimas, destacando la gravedad de las heridas de dos menores, de 7 y 15 años, que permanecen hospitalizados en estado crítico y con diagnóstico de muerte cerebral.
“Padres que, más allá de las lesiones que ellos recibieron el día de ayer, se encuentran con una situación dolorosa: tener que asumir un nuevo año y estas fechas navideñas enfrentándose a esta cruda y triste realidad”, manifestó el funcionario judicial.
La Fiscalía imputó a Chalá los delitos de homicidio agravado en modalidad de tentativa respecto a los dos menores, en concurso heterogéneo con lesiones personales dolosas agravadas frente a las demás víctimas. El fiscal resaltó que el comportamiento del conductor fue totalmente irresponsable y causa directa de la tragedia.
“A través del examen de toxicología y alcoholemia se pudo determinar que esta situación sobrepasó cualquier posibilidad de ser simplemente una falta de reflejos o un accidente de tránsito. Decidió conducir sabiendo que su estado físico y mental no eran aptos”, agregó.
El conductor, quien en un principio aseguró haber consumido solo cuatro cervezas, presentó un nivel de embriaguez tipo tres, el más alto contemplado en la ley, según los resultados del examen de alcoholemia. Ante esto, el fiscal lo recriminó públicamente por la “decisión absurda” de manejar en ese estado.
“‘Como soy yo, a mí no me pasa nada’; ese es el imaginario que lleva a estos resultados tan drásticos”, señaló el funcionario judicial. José Eduardo Chalá aceptó los cargos y será enviado a un centro carcelario por orden de un juez de control de garantías, mientras las familias de las víctimas permanecen a la espera de la evolución de los heridos.