La líder opositora venezolana María Corona Machado, Nobel de la Paz de este año, declaró en Oslo, que tiene muchas esperanzas de que Venezuela sea "libre" y que pueda dar la bienvenida de nuevo a todos los venezolanos "que han tenido que huir del país".
Machado -que llegó anoche a Oslo horas después de la ceremonia de entrega del premio, recogido por su hija, Ana Corina Sosa- agradeció el galardón como un "reconocimiento al pueblo venezolano" y dijo que es "sólo una de entre los millones de personas que conforman un movimiento por la democracia".
En diálogo con Mañanas Blu, el exalcalde de Caracas y prominente líder opositor venezolano, Antonio Ledezma, compartió reflexiones profundas sobre el reciente reconocimiento de María Corina Machado con el Premio Nobel y la peligrosa travesía que emprendió para recibirlo. Ledezma, quien acompañó a Machado en Oslo, la describió como una figura muy firme, sólida, vigorosa y decidida, comprometida con completar la lucha para rescatar la libertad definitiva de Venezuela.
Premio como símbolo de resistencia inquebrantable
Para Ledezma, el premio otorgado a Machado es un "repica de campana que ha tenido repercusión planetaria". Lejos de ser un reconocimiento individual, el líder opositor enfatizó que este honor exalta la épica de todos los venezolanos y debe convertirse en "millones de medallitas" para el pueblo que ha mantenido una lucha de resistencia inquebrantable por más de 26 años. Este premio se comparte con los verdaderos protagonistas de estas "epopellas".
Frente al mensaje unificado del mundo que acompaña el Premio Nobel, Ledezma lamentó que el gobierno de Nicolás Maduro y su compañía se burlen del evento, catalogando cínicamente el acto solemne como un "velorio". Según el exalcalde, esta reacción es parte de los "pensamientos diabólicos" del régimen.
Ledezma fue categórico al señalar que ya no se puede ver al régimen como un simple gobierno o un adversario político; es, de hecho, una "narcotiranía".
La ruta clandestina y el reencuentro de la bandera
La presencia de María Corina Machado en Oslo se concretó a través de una operación de alto riesgo. Ledezma confirmó que la salida de Venezuela fue compleja, ya que no se trataba de tomar un avión en un país normal. Fue necesario buscar "caminos culebreros" y "trochas" para burlar la seguridad de la tiranía, una dificultad que impidió que Machado llegara a tiempo para la entrega de la medalla.
Tras su llegada, Ledezma y Machado compartieron un emotivo abrazo de reencuentro, rememorando su última despedida en 2017. En aquella ocasión, durante el arresto domiciliario de Ledezma, él le entregó su bandera venezolana, un símbolo cuyo significado ella comprendió días después, cuando él declaró su libertad desde Cúcuta. Machado, quien siempre guarda sus libreticas, tiene ahora muchas cosas que contar para las generaciones del futuro y, según Ledezma, ya se prepara para volver a Venezuela para retomar la lucha con sus compatriotas.
Venezuela ya está invadida
"Venezuela ya ha sido invadida. Tenemos agentes rusos, tenemos agentes iraníes. Tenemos grupos terroristas como Hezbolá y Hamás operando libremente con el beneplácito del régimen. Tenemos a la guerrilla colombiana, los carteles de la droga, que han tomado el control del 60 % de nuestra población y que no solo están involucrados en el narcotráfico, sino también en la trata de personas y en redes de prostitución. Todo esto ha convertido a Venezuela en el centro criminal de las Américas", denunció.
La opositora venezolana dijo que lo que sostiene al Ejecutivo venezolano es un "fuerte sistema de represión" cuyos fondos proceden del tráfico de armas y del petroleo, y que cuando esos flujos se debiliten, "el régimen se terminará, porque eso es lo que le queda" y pidió a la comunidad internacional que ayude a cortarlos.
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