En un documento de dos páginas, los arzobispos Luis José Rueda Aparicio, Ómar Alberto Sánchez Cubillos y el obispo Luis Manuel Alí Herrera, expresan preocupaciones y a su vez dieron a conocer propuestas tras la decisión de la Corte Constitucional, del pasado 22 de julio, en la que se amplió y garantizó laeutanasia, no sólo para pacientes con enfermedades terminales, sino también para otras enfermedades graves e incurables.
"La eutanasia constituye una seria ofensa a la dignidad de la persona humana y fomenta la corrosión de valores fundamentales del orden social. Por lo mismo, ampliar el rango de poblaciones o de casos en que podría ser solicitada la eutanasia, tal y como lo hace la actual providencia de la Corte, o extenderla hacia otras modalidades, lejos de promover un supuesto derecho, constituiría un serio peligro para los más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad, sobre quienes pendería el peso de la posible supresión de sus vidas, dando lugar a un serio condicionamiento para el ejercicio de las libertades", se lee en la misiva firmada por los obispos católicos de Colombia.
Para los representantes de la Iglesia católica debe existir un acompañamiento a las familias, los pacientes o personas que padecen enfermedades terminales o presentan situaciones de salud graves, con el fin de que puedan reevaluar acogerse a la eutanasia.
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"¨Creemos que las realidades de fragilidad y vulnerabilidad humanas han de asumirse en actitud solidaria, confiados en que el cuidado mutuo puede hacer declinar la intención de suprimir voluntariamente la propia vida, aun en los casos en los que, fundamentados en el conocimiento médico actual, la curación física ya no es posible", aseguran los obispos en el documento.
Además, llaman al Estado y al sistema de salud a garantizar los cuidados paliativos como alternativa para enfermedades graves o incurables.
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"La preocupación del Estado por garantizar la debida atención sanitaria a las personas que sufren lesiones corporales o enfermedades graves e incurables, o que se encuentran en estado terminal, especialmente cuando se trata de los más pobres", continúa la carta.
Más puntos
"En ayudar, con recursos económicos e intervención psicosocial, a las familias y cuidadores más desprotegidos. En los esfuerzos terapéuticos el personal sanitario para tratar adecuadamente el dolor y respetar la dignidad del paciente hasta el momento de su muerte natural. En la promoción de las virtudes ciudadanas por parte de todos los estamentos sociales, para asegurar la atención afectiva y efectiva a los más necesitados", se enfatiza en la misiva.
Por último, los representantes de la Iglesia católica en Colombia cuestionan que, con la decisión de la Corte Constitucional, "se pretenda concebir la autonomía humana como un poder soberano de determinación no favorece la construcción de un orden social en el que podamos sentirnos prójimos, viajando todos en la misma barca".
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