La crisis humanitaria en el Norte de Antioquia empeora con el pasar de las horas, pues de un grupo inicial de 200 desplazados que salieron de las veredas ante el temor, ya la cifra asciende a 2.081 personas que abandonaron sus viviendas y llegaron al casco urbano, por las intimidaciones de las disidencias de alias Calarcá, quienes incluso multarán a quiénes no sigan esta orden.
El alcalde de Briceño, Noé Espinosa, explicó que aunque los enfrentamientos entre este grupo y el Clan del Golfo cesaron el sábado, los campesinos están en zozobra y esperan que llegue la fuerza pública hasta las 23 veredas afectadas para poder tener la seguridad de retornar, pues el municipio está desbordado en atención: solo tiene capacidad para 200 desplazados, por lo que hasta en la sala de velación de la parroquia están atendiendo a este población.
"No sabríamos decir sí cuánto más van a venir, y lo peor aún, no sabemos cuánto tiempo van a permanecer las comunidades aquí en la zona urbana, porque desde que no haya esa seguridad en el campo, la presencia institucional del ejército, las comunidades no van a salir de aquí del territorio de la zona urbana hacia la zona rural", manifestó.
El mandatario pidió al Gobierno nacional una intervención prioritaria para la situación de estas 1.008 familias, teniendo en cuenta que esta localidad solo cuenta con 15 policías y una base militar urbana para una población de 8.500 habitantes, lo que hace que la zona rural esté desprotegida. Frente a la presencia del Ejército, el brigadier general Carlos Caycedo Bocanegra, comandante de la Cuarta Brigada, señaló que se sostiene la ofensiva en la zona para contrarrestar el accionar criminal de grupos que vienen generando zozobra.
"Continuamos desarrollando operaciones militares en profundidad, contrarrestando el actuar delictivo de estos grupos armados organizados que tanto daño le hacen a la población. Los soldados de la Cuarta Brigada continuarán con el cumplimiento de su misión, lo que permitirá estabilizar el territorio, contribuyendo a que los pobladores retornen a sus veredas", agregó.
Desde la Gobernación de Antioquia ya elevaron solicitudes para que entidades del Gobierno nacional apoyen en la atención esta emergencia humanitaria. María Patricia Giraldo, subsecretaria de Paz y Derechos Humanos.
"Es una crisis humanitaria. Nosotros al Gobierno Nacional ya le hemos elevado solicitudes para que refuerce precisamente esa presencia institucional, esa presencia de la fuerza pública en cada una de estas 23 veredas", apuntó.
Por la situación, localidades vecinas como Ituango y Yarumal han enviado ayudas humanitarias en solidaridad a Briceño, donde nunca se había registrado un desplazamiento de esta magnitud. Espinosa confirmó que aún no se sabe si más personas llegarán al casco urbano donde se registran en la Personería municipal, para luego ser albergados en el parque educativo, el salón comunal, hoteles y viviendas de familiares, amigos o conocidos.
Durante este año, la Unidad para las Víctimas ha atendido a más de 2.500 familias desplazadas o confinadas durante 24 emergencias masivas ocurridas en Antioquia por el conflicto armado.