
Con corte al 30 de mayo de 2025, ya se han registrado dos casos de niños fallecidos en Antioquia por desnutrición, siete menos que el mismo periodo del año anterior. Pero aún hay trabajo que hacer considerando que no solo los menores de bajos recursos son los más afectados, sino que hay una tendencia a que las poblaciones indígenas y afros sean de las que engordan las cifras año tras año.
La subsecretaria de Salud Pública del departamento, Dionisia Yusti Rivas, confirmó que los dos casos registrados este año son un niño indígena y uno afro, ambos dados en la subregión del Urabá.
Ahora las estrategias están mayormente enfocadas en la detección rápida de malnutrición, con capacitaciones en 59 IPS del departamento, 23 públicas y 36 privadas.
En esa línea, es fundamental identificar los síntomas de la desnutrición infantil, además del bajo peso para la talla: ''El niño está como hinchado, parece que estuviera cortito, pero realmente lo que está es hinchado, que la piel se pone muy delgadita, el pelo se pone muy delgado y quebradizo, ya cuando los niños están en estados más avanzados lloran, pero no tienen lágrimas, se les aplica la prueba de apetito, ya cuando el niño está muy mal tiene prueba de apetito negativo, es decir, no recibe alimentos'', describió por la subsecretaria Yusti.
En ese sentido, la subsecretaria señaló que el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, declaró la mortalidad infantil por desnutrición como un evento centinela para el 2025, lo que significa que todas las entidades de salud, educación, cuidadores, deben trabajar articuladamente para identificar a tiempo a los niños que se encuentran en riesgo para que puedan ser tratados y se les dé complementos nutricionales.
Sin embargo, las comunidades afro y las indígenas continúan teniendo reparos a estas estrategias. Un ejemplo es que la Gobernación resalta que han capacitado a 52 técnicos en salud miembros de comunidades indígenas, pero Nedis María Cuadro, integrante de la Organización Indígena de Antioquia, critica que en la mayoría de las veces esto no se da y los operadores no se acomodan a sus cosmovisiones.
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''Se manda a personas capunias a operar y es una guerra, esto es una guerra de comercialización para dárselo a las personas que ni conocen una cultura. Entonces aquí en esta imposición de operadores, pues proyectos de inversión con enfoque urbano o tecnocrático, donde se ignoran las necesidades reales y la cultura alimentaria local'', aseveró Cuadro.
Además de ello, hay factores que Nedis María Cuadro expone que influyen en que los niños indígenas sean tan vulnerables, como el abandono estatal histórico a estas comunidades, la marginación en el acceso a la salud y educación, falta de seguridad alimentaria y de infraestructura y saneamiento básico y las dificultades geográficas sin vías de acceso.
Por eso, desde la OIA se proponen diferentes soluciones para reducir los casos de desnutrición infantil, como que ellos sean los operadores de salud y proyectos, y que si no saben algo sean asesorados y capacitados, en lugar de que esta responsabilidad quede a cargo de personas externas. También está mantener equipados los centros médicos rurales, implementar las huertas comunitarias y familiares para una alimentación tradicional.
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De igual manera, creen necesario dotar sus puestos médicos y facilitar la llegada de los indígenas a ellos. ''Yo creo que hay que hacer una inversión también de infraestructura vial y fluvial, inclusive hasta aérea, porque hay unas situaciones muy difíciles en algunos reguardos, territorios, para entrar'', detalló Cuadro.
Cabe señalar que para el 2024, en total, se registraron 14 muertes por desnutrición infantil, y la meta para este año es que la cifra no aumente.