Ciudadanos de estas localidades de Bogotá alertan alto nivel de contaminación del aire
Residentes reportan afectaciones en la salud mientras el Distrito implementa medidas para reducir la contaminación en el suroccidente de la capital
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La contaminación del aire sigue golpeando con fuerza a Bogotá, especialmente en el suroccidente de la ciudad. Localidades como Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy y Fontibón registran los niveles más altos de material particulado fino PM2.5, uno de los contaminantes más nocivos para la salud, capaz de ingresar a los pulmones y al sistema cardiovascular, afectando especialmente a niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias.
Según el más reciente Inventario de Emisiones Contaminantes 2023, el principal origen del deterioro del aire en la ciudad es el polvo generado por las vías sin pavimentar, responsable del 40 % del PM2.5. Solo el tránsito por estos corredores, que representan el 85 % de dichas emisiones, dispara los niveles de contaminación cada día.
A esto se suma el impacto del transporte en carretera. Las fuentes móviles, que incluyen emisiones por combustión y por el desgaste de frenos y llantas, aportan el 28 % del PM2.5 en Bogotá. Dentro de este grupo, el transporte de carga concentra el 33 % de la polución; le siguen los vehículos particulares y taxis (16 %) y los buses intermunicipales (7 %).
Blu Radio habló con ciudadanos que viven y trabajan en estos sectores y que, a diario, respiran este aire contaminado. Cabogal Mojica, quien trabaja en una automotriz sobre la variante de Fontibón, asegura que su salud se ha visto seriamente afectada por el polvo que levantan los camiones de carga que pasan constantemente: “La contaminación que se siente es terrible. Estos días me dio una infección brava en los oídos por la contaminación tan tremenda. También he tenido problemas en los pulmones”.
Como él, mecánicos, vendedores, conductores y trabajadores informales han presentado irritación en los ojos, fatiga, problemas respiratorios y gripas recurrentes. Sin embargo, muchos se han resignado a convivir con el problema. José Giménez, mecánico desde hace 12 años en Fontibón, asegura que el cuerpo termina adaptándose, aunque a un alto costo.
“Yo creo que es costumbre y adaptación, yo llevo 12 años en esta playa, entonces al principio sí se siente mucho, de pronto virus, dolor de garganta, gripe, pero yo creo que el venir a trabajar todos los días durante tanto tiempo, hay una adaptación, obviamente pues diciendo que hay complicación en salud, pero pues yo creo que es más como adaptación”, relató Giménez.
Otro afectado es Efraín Gómez, mecánico con más de 25 años de experiencia, quien trabaja en la calle ante la falta de un taller formal. Explica que su salud y la de sus compañeros se deteriora no solo por el polvo, sino también por las lluvias que arrastran residuos contaminantes. Por lo tanto, pide soluciones urgentes por parte del Distrito.
Lo principalmente sería que nos colaborará, el distrito especialmente, para ir a unos talleres donde uno pueda trabajar más cómodo. Porque ellos nos han dicho que nos quieren colaborar para ubicarnos a nosotros o nos quieren dar como una ayuda o un subsidio para nosotros. Y eso sería bueno que nos tuvieran en cuenta aquí en la localidad donde esto está pasando
Ante la crítica contaminación del aire en el suroccidente de Bogotá, el Distrito puso en marcha acciones para reducir las emisiones y proteger a las comunidades más afectadas. En donde se han intervenido más de 3,4 millones de m² de vías para disminuir el polvo y se han creado 23.000 m² de nuevas zonas verdes, con más de 1.000 árboles sembrados y huertas urbanas fortalecidas.
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Otra solución es la primera Zona Urbana por un Mejor Aire (ZUMA) la cual fue implementada en Bosa–Apogeo mejorando vías, recuperando espacios públicos y sembrando árboles para beneficiar a más de 35.000 habitantes.
A esto se suma el recambio de vehículos de carga mediante el fondo Foncarga, con 81 transportadores inscritos y la meta de renovar 576 camiones contaminantes a 2035.
En cuanto a transporte público, Bogotá avanza hacia energías limpias: con 1.486 buses eléctricos, y se espera la llegada de 680 buses eléctricos adicionales entre 2026 y 2027. El Distrito continuará ampliando las ZUMA, reforzando el monitoreo del aire y restaurando zonas ecológicas para reducir riesgos en salud y mejorar la calidad de vida de quienes hoy respiran el aire más contaminado de la ciudad.