
Este jueves, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) negó a Bogotá la solicitud presentada en septiembre de 2024 para continuar con el actual modelo de disposición de basuras, el cual caduca en febrero de 2026.
Según la CRA, la documentación entregada por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) no demuestra con suficiente evidencia la necesidad de mantener dicho esquema.
Ante esta decisión, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, manifestó respeto por la resolución de la CRA, pero aseguró que el Distrito acudirá a instancias superiores para insistir en la aprobación del modelo actual.
“En Bogotá, por sus características, es mejor el esquema de Áreas de Servicio Exclusivo (ASE). La ciudad necesita avanzar, y haremos lo necesario para mantener ese sistema. Buscaremos las vías administrativas para presentar los recursos de reposición”, afirmó el mandatario.

Galán también aseguró que, independientemente del resultado de esta discusión con la CRA, el servicio de recolección de basuras estará garantizado en la capital una vez finalice la licencia vigente, en febrero de 2026.
¿Qué son las Áreas de Servicio Exclusivo (ASE)?
Las ASE son zonas delimitadas en Bogotá en las que solo las empresas adjudicatarias, mediante contrato con el Distrito Capital, pueden ofrecer y prestar el servicio público de aseo por un período de hasta ocho años. Estas compañías están obligadas a ampliar la cobertura para todos los usuarios, incluidos los de menores ingresos, y a cumplir con los niveles de calidad establecidos en los contratos.
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Actualmente, la ciudad está dividida en cinco ASE, cada una operada por una empresa diferente: Bogotá Limpia, Promoambiental, Ciudad Limpia, Área Limpia y LIME. Además, en el esquema participa un número considerable de recicladores.
Críticas al modelo actual
Una de las principales críticas al esquema ASE está relacionada con la definición de “áreas limpias” contenida en los contratos. Esta definición, limitada en su alcance, solo obliga a las empresas a garantizar una logística con frecuencias establecidas para recoger los residuos domiciliarios y transportarlos al relleno sanitario Doña Juana.

Como consecuencia, al no incluir otros puntos de disposición ni tipos de residuos —como los conocidos como “residuos mixtos” (basura combinada con escombros)—, hay zonas donde los regueros son frecuentes, y su atención queda a cargo del Distrito.
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Para dimensionar el problema, la ciudad debe destinar cerca de $25.000 millones anuales para limpiar estos regueros.
Frente a esto, Consuelo Ordóñez, directora de la UAESP, indicó que la nueva licitación incluirá servicios adicionales para la recolección de otros residuos, así como la disposición final de muebles y escombros, elementos que actualmente no están contemplados en los contratos vigentes.