La contundencia de las pruebas en su contra, entre las que se encuentra un video en el momento justo en que cometía el ataque, además de las declaraciones de testigos, llevó a que el juzgado segundo Promiscuo del Circuito de Puerto Colombia condenara a 375 meses de cárcel, es decir, unos 31 años y 3 meses de prisión, a Jorge Luis Borrero Barceló, de 32 años, por el delito de feminicidio agravado.
La víctima fue Giselle Celín Villalobos, quién perdió la vida en la Clínica Porto Azul de Barranquilla el pasado 30 de diciembre, minutos después de haber sido apuñalada en más de 20 oportunidades por su expareja sentimental, quien la bajó de la moto en la que la llevaba al trabajo, para atacarla a un costado de la Vía al Mar.
El brutal ataque fue grabado con el celular por un testigo que iba en su carro y se detuvo al ver que había un hombre apuñalando a una mujer y que luego buscó huir en su motocicleta.
La Policía fue alertada del hecho, por lo que el hoy condenado no pudo llegar muy lejos antes de que lo detuvieran.
De acuerdo con el que profirió la condena, Jorge Barrero no aceptó la decisión de la madre de sus tres hijos de ponerle fin a la relación sentimental que llevaban hace 16 años y que había estado enmarcada por episodios de violencia de género.
“Durante los días anteriores a la agresión, el procesado tuvo un comportamiento obsesivo con la víctima, aun cuando estaba había decidido culminar la relación sentimental, la llamaba insistentemente, se le aparecía en su lugar de trabajo y habitación. Posterior a ello, también tuvo episodios de mensajes y llamadas con sus conocidos acerca de los hechos, y, importante poner de presente que más allá del contenido de los mensajes, la sola intensidad en su reiteración ya denota el patrón controlador que es una forma de violencia, cuando expuso a través de WhatsApp “(…) no sé si la maté…” expuso el juez durante la lectura del fallo.
Además el juez insistió en que “durante la relación el procesado dio cuenta de un comportamiento posesivo, celotípico, con el que pretendía controlar tanto el tiempo como las actividades que realizaba la agredida, lo que logró generarle miedo, como lo refirió la madre y hermana de la víctima”.