Banderas del ELN en el sur de Santander: ¿presencia real o propaganda de intimidación?
El hecho de que se adelanten estos actos de proselitismo genera dudas sobre la seguridad rural y la capacidad de intimidación de la guerrilla.
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La reciente aparición de banderas y panfletos alusivos al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en municipios del sur de Santander, como Charalá, Valle de San José y Coromoro, reaviva las preocupaciones sobre la expansión territorial de este grupo armado ilegal.
Aunque el Ejército Nacional, a través del coronel Gerson Molina, comandante de la Quinta Brigada, descartó que existan estructuras activas del ELN en esa zona específica, el hecho de que se adelanten actos de proselitismo genera dudas sobre la seguridad rural y la capacidad de intimidación de la guerrilla.
De acuerdo con el alto oficial, las banderas fueron colocadas en áreas de tránsito estratégico para grupos armados que se desplazan desde departamentos vecinos como Boyacá, Arauca, Norte de Santander y el sur del Cesar.
Esta condición geográfica convierte al sur de Santander en un corredor que podría facilitar el paso, el abastecimiento o la influencia propagandística del ELN, incluso sin presencia permanente de sus frentes.
Expertos en conflicto armado coinciden en que el ELN, tras los diálogos intermitentes con el gobierno nacional y las disputas territoriales con otros actores ilegales, busca sostener su control social mediante símbolos, panfletos o pintas, aprovechando la limitada capacidad de vigilancia en zonas rurales y carreteras secundarias.
El coronel Molina reconoció esta dificultad al explicar que “una persona puede colocar una bandera en moto en cuestión de minutos”, lo que vuelve complejo ejercer control sobre cada kilómetro de vía.
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Aunque no se reportan combates ni campamentos activos del ELN en Charalá, Coromoro, Valle de San José u otros municipios del sur de Santander, la siembra de banderas funciona como un mecanismo de presión psicológica sobre comunidades que ya han vivido episodios de violencia en el pasado.
“Con ello, la guerrilla podría estar enviando un mensaje de advertencia o reclutamiento, e incluso probar la reacción de la Fuerza Pública en la zona”, dijo un reconocido líder del sector a Blu Radio, quien pidió la reserva de su nombre.
Por ahora, las autoridades militares aseguran que la situación está bajo control, tras el retiro de los elementos propagandísticos y el despliegue de tropas adicionales para blindar la seguridad.
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Sin embargo, el temor de la comunidad persiste ante el riesgo de que el ELN u otros grupos armados organizados intenten expandir sus redes de poder e intimidación hacia estas áreas tranquilas del departamento de Santander.
Este fue el comunicado de la Policía sobre las banderas del ELN: