Cuando en 2024 el Gobierno dio a conocer el nuevo modelo de salud para los maestros, el Ministerio de Salud afirmó que este esquema serviría como prueba para la reforma al sistema de salud del país. La iniciativa fue presentada como un cambio que permitiría mejorar la atención y corregir fallas del sistema, tomando como referencia el régimen especial del magisterio.
Con el paso del tiempo, y cerca de dos años después de su puesta en marcha, los docentes comenzaron a reportar problemas en la atención. Entre las principales quejas se encuentran demoras en citas médicas, retrasos en tratamientos y cambios en la forma en que reciben los servicios de salud. Estas situaciones han llevado a que el magisterio insista en la necesidad de una atención oportuna y continua.
En medio de este panorama, el Ministerio de Salud y Protección Social emitió un comunicado donde afirma que no toma decisiones sobre el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio, conocido como Fomag. Según la cartera, el manejo del sistema de salud de los docentes no depende directamente del Ministerio, ya que se trata de un esquema con reglas propias.
De acuerdo con el comunicado, el papel del Ministerio de Salud se limita a brindar apoyo técnico cuando es solicitado, sin intervenir en las decisiones del Fondo. Mientras tanto, los maestros continúan expresando su preocupación por las dificultades en el acceso a los servicios de salud y esperan que se tomen medidas que garanticen una atención más rápida y adecuada.