Un estudiante de apenas 16 años terminó en la UCI del Hospital Universitario de Santander por culpa de unos delincuentes que, no contentos con haberlo atracado, le suministraron una sustancia tóxica, al parecer escopolamina, la cual lo dejó convulsionando en una calle del norte de Bucaramanga.
José David Caballero Galvis, padre del menor, narró que su hijo salió del colegio ubicado en el barrio San Rafael y cerca del CAI La Virgen tomó la ruta Ciudad Norte, operada por la empresa Transcolombia, con destino al Café Madrid.
“El bus no terminó el recorrido y lo dejó en la Iglesia del Café, por la principal, por arriba, porque él iba solo. El niño le dijo que él iba para el Café directamente, hasta la parte de abajo, pero el conductor le respondió que se devolvía ahí y le tocó bajarse. En ese sector lo abordaron dos personas, lo intimidaron con un cuchillo y le quitaron todas las pertenencias, de ahí para allá él no se acuerda nada”, contó el padre.
Al parecer, el menor convulsionó en la calle y unas señoras que se encontraban cerca lo auxiliaron y lo trasladaron hasta el Hospital del Norte. Las señoras reconocieron el uniforme que portaba el menor y fueron hasta el colegio para conseguir los datos del papá. Finalmente lo contactaron y le dijeron que acudiera al centro médico, donde uno de los galenos le explicó que al parecer le habían suministrado escopolamina.
El joven siguió convulsionando, por lo que fue necesario remitirlo al Hospital Universitario de Santander, donde por fortuna reaccionó.
“Allá lo internaron, lo atendieron y ya esta mañana evolucionó, ya habla, ya conoce a las personas porque él estaba desorientado, él no sabía ni cómo se llamaba, ni quién era. Ya hablamos con él y me dijo que dos personas lo abordaron y de un momento ahí comenzó a sentirse mal y no se acuerda nada más”, expresó el papá.
Don José David Caballero Galvis está buscando visibilizar el caso para evitar que otros estudiantes y padres de familia enfrenten situaciones similares. También mencionó que la ruta de autobús en la que ocurrió el incidente, Ciudad Norte, aparentemente tiene un historial de abandonar pasajeros en lugares inseguros y alejados de sus destinos.
Las autoridades están investigando el caso y buscarán imágenes de una cámara de seguridad en la Iglesia del Café Madrid que podrían ayudar a esclarecer lo sucedido.
Este incidente resalta la importancia de la seguridad en el transporte público y la necesidad de implementar medidas para proteger a los pasajeros en Bucaramanga, especialmente a los estudiantes. La familia del joven espera que este incidente genere conciencia entre los conductores de buses, pues no quieren que ningún padre tenga que vivir una situación como esta.
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