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Ordenan reintegrar a una alférez a la Escuela Militar que fue expulsada por denunciar acoso sexual

Oficiales le hicieron ‘la vida imposible’ a la estudiante, todo por no permitir el acoso y denunciar ante la propia Escuela Militar.

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Mujer, acoso / AFP, imagen de referencia

María Fernanda Leal ingresó como alumna a la Escuela Militar de Cadetes José María Córdovaen Bogotá, el 10 de enero de 2009, con el fin de iniciar su carrera militar como oficial del Ejército Nacional.

Durante los primeros cinco semestres la alumna cursó satisfactoriamente sus estudios. En junio de 2011, para adelantar el sexto y último semestre, fue asignada a la Compañía Girardot, integrada por el teniente coronel Gerardo Castaño Gómez y otros cinco tenientes, quienes le hicieron la evaluación de la 'Fase de Mando' y cumplieron funciones como comandantes de pelotón.

Su instrucción militar culminó en diciembre de 2011. Durante ese semestre, los tenientes Alejandro Uribe y Cristian Rodrigo Martínez, comandantes de pelotón en la Compañía Girardot; y, posteriormente, el coronel José Mauricio Zabala Cardona, Vicerrector de la Escuela Militar, abusaron de su rango militar. Y en condición de instructores acosaron sexualmente a la joven estudiante.

Así lo confirmó el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en una sentencia en la que obliga a la nación a indemnizar a María Fernanda, quien salió de la escuela de forma injusta por orden de sus superiores.

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La víctima fue objeto de toda clase de acoso y persecución por los oficiales. Era invitada a hoteles, recibía llamadas insistentes con insinuaciones de tipo sexual y le pedían tomarse fotografías y enviarlas.

Ante la negativa de la alférez, María Fernanda fue hostigada con investigaciones disciplinarias insólitas, como usar el celular en ciertos espacios. Literalmente, los oficiales le hicieron la 'vida imposible' a la estudiante, y todo por no permitir el acoso y denunciar ante la propia Escuela Militar.

Ante la negativa de Leal, se le notificó de su expulsión; como retaliación por no acceder a las peticiones abusivas de los militares.

En su decisión, el Tribunal ordenó reintegrar, una década después, a María Fernanda a la Escuela José María Córdova y a pagarle $100 millones por daños y perjuicios, ocasionados por una persecución sexual en un cuartel en Bogotá.

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