El reciente conflicto entre Colombia y Estados Unidos, que estuvo cerca de generar una crisis comercial sin precedentes, fue superado tras intensas negociaciones diplomáticas. Según declaraciones del embajador de Colombia en EE.UU., Daniel García-Peña, el manejo conjunto de las Cancillerías saliente y entrante, y el trabajo directo con la Casa Blanca, permitieron evitar un desenlace perjudicial para ambas naciones.El incidente surgió a raíz de una serie de declaraciones cruzadas entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump, escaló rápidamente hasta amenazas de medidas arancelarias y retaliaciones diplomáticas. Sin embargo, la diplomacia prevaleció.El presidente Petro no estuvo en la reunión inicialEl presidente Petro no estuvo presente en la reunión inicial celebrada en Bogotá para atender la crisis diplomática debido a que delegó la gestión directa del impase a su equipo diplomático y de Cancillería. Según el propio embajador García-Peña, aunque Petro no participó físicamente en el encuentro, estuvo en permanente contacto telefónico con el equipo, supervisando las negociaciones y emitiendo directrices. ¿Cómo se superó la crisis?En entrevista con Blu Radio, García-Peña explicó que la resolución se alcanzó gracias a esfuerzos coordinados entre las partes implicadas. “Trabajamos todo el día con el canciller saliente Luis Gilberto Murillo, la canciller entrante Laura Sarabia y el vicecanciller Jorge Rojas. Desde muy temprano, la Casa Blanca designó a Mauricio Claver como interlocutor principal, quien jugó un papel clave para superar el conflicto”, afirmó el embajador.Las negociaciones estuvieron marcadas por intercambios constantes de notas diplomáticas y conversaciones tensas, pero abiertas, con altos funcionarios estadounidenses, incluidos representantes del Departamento de Estado. García-Peña destacó que, a pesar de las diferencias, ambas partes lograron priorizar los intereses compartidos.“Fue fundamental entender que esta relación es crucial para ambas naciones. Los canales de comunicación nunca se cerraron, y eso permitió encontrar soluciones basadas en el respeto mutuo y el diálogo”, señaló.Las causas del conflictoEl impase tuvo como trasfondo las deportaciones de colombianos desde EE.UU., realizadas en aviones operados por el Departamento de Seguridad Nacional. La polémica surgió debido a las condiciones en las que se realizaban estos traslados, lo que llevó al presidente Petro a anunciar medidas retaliatorias.“La preocupación de Colombia siempre estuvo centrada en garantizar la dignidad y los derechos de los connacionales. Aunque hubo tensiones, se acordó implementar protocolos para asegurar un trato digno a los deportados, algo que ya había sido motivo de discusión en gobiernos anteriores”, explicó García-Peña.El papel de los líderesUna de las principales críticas durante la crisis fue el uso de redes sociales por parte de los presidentes. Mientras Trump se pronunció a través de Truth Social, Petro utilizó Twitter para expresar su inconformidad, lo que aumentó la tensión.“Los trinos de los presidentes generaron ruido, pero no interrumpieron las negociaciones. Ambos mandatarios actuaron conforme a sus convicciones: Trump, bajo su política de ‘America First’, y Petro, defendiendo la dignidad de los colombianos. Al final, los dos entendieron que la salida diplomática era lo mejor para ambas naciones”, comentó el embajador.Lecciones diplomáticasEste episodio dejó importantes aprendizajes para el Gobierno colombiano, según dijo. García-Peña enfatizó en la relevancia de la diplomacia en momentos críticos: “Mi primo, Rodrigo Pardo, decía que, entre más difícil la situación, más se requiere la diplomacia. Este caso lo demuestra: cuando todo parece perdido, la persistencia en el diálogo es clave”.El embajador también resaltó que este impase no solo fortaleció las relaciones bilaterales, sino que dejó claro que la diplomacia sigue siendo la herramienta más efectiva para resolver conflictos internacionales.Un futuro con retoSi bien la crisis se resolvió, el reto ahora será mantener un diálogo constante que evite futuras tensiones. García-Peña concluyó con un mensaje optimista: “Agradezco la actitud de la Casa Blanca y del presidente Petro por priorizar el interés común. Este es un recordatorio de que, a pesar de las diferencias, la relación entre Colombia y EE.UU. sigue siendo fundamental para ambos países”.
El embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña, destacó en una entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu, el importante avance en las relaciones bilaterales en la lucha contra el narcotráfico. Según el diplomático, Washington ha comprendido que la nueva estrategia del Gobierno colombiano, bajo el mandato de Gustavo Petro, requiere tiempo para mostrar resultados, dado que plantea un enfoque más integral frente al problema del narcotráfico.“Un enfoque holístico en la lucha antidrogas”Uno de los puntos clave expuestos por el embajador García-Peña es el cambio de paradigma en la forma de medir el éxito en la lucha contra el narcotráfico. Esta nueva visión, dijo, incluye 12 métricas que analizan diferentes aspectos del problema, lo que permite una evaluación más amplia y profunda de los esfuerzos realizados por Colombia en la materia. De acuerdo con García-Peña, durante el año pasado se alcanzó un récord histórico en la incautación de cocaína, un logro que evidencia el compromiso del país en su lucha contra el narcotráfico."Hoy se mide también la interdicción y la incautación, que son golpes más efectivos para el negocio que la simple erradicación de plantas de coca", explicó. El desafío de la erradicación y las advertencias de EE.UU.A pesar del optimismo, el informe emitido por Estados Unidos no es del todo complaciente. Incluye advertencias claras sobre la persistencia de los cultivos ilícitos en Colombia. El embajador reconoció que, si bien el número de hectáreas sigue siendo una preocupación, es esencial entender que las soluciones a largo plazo, como la sustitución de cultivos y el apoyo a los campesinos, requieren tiempo para ser implementadas y generar resultados sostenibles. "Lo que hemos aprendido, tanto Colombia como Estados Unidos, es que la sustitución de cultivos y la creación de alternativas sustentables para los campesinos son procesos a mediano y largo plazo", señaló García-Peña, subrayando que la erradicación a corto plazo no siempre es la solución más eficaz. El enfoque del presidente Petro, respaldado por Washington, incluye un énfasis en el desarrollo rural, lo cual forma parte del compromiso asumido en el acuerdo de paz de 2016.Compromisos a largo plazo y cooperación bilateralEl embajador también resaltó la sólida relación de cooperación que se ha consolidado entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Según García-Peña, ambos países han estado trabajando durante años para entender y abordar de manera más efectiva el fenómeno del narcotráfico, lo que ha permitido adoptar un enfoque más equilibrado y menos punitivo."Estados Unidos reconoce a Colombia como su principal aliado en América Latina en esta lucha, y ha valorado el esfuerzo que hemos hecho para adaptarnos a las nuevas realidades del narcotráfico", añadió.En este sentido, destacó que, aunque las cifras de hectáreas de cultivos ilícitos pueden haber crecido en los últimos años, el ritmo de crecimiento se ha desacelerado. "La curva se está aplanando, y confiamos en que pronto podremos ver una reducción en las hectáreas cultivadas", aseguró.Uno de los temas que más preocupa tanto a Colombia como a Estados Unidos es el impacto que el narcotráfico tiene en las comunidades rurales. El embajador explicó que una de las prioridades del gobierno de Gustavo Petro es ofrecer soluciones integrales a los campesinos que dependen de los cultivos de coca para su subsistencia. Según García-Peña, la estrategia actual, que incluye la implementación de programas de sustitución de cultivos y desarrollo rural, es clave para garantizar una transición exitosa hacia alternativas económicas legales."El enfoque anterior se centraba en la erradicación a toda costa, sin tener en cuenta a los campesinos cocaleros", indicó el embajador. A pesar de las dificultades, García-Peña señaló que los esfuerzos continuarán y que el gobierno está comprometido a seguir trabajando en la erradicación y en la reducción de las hectáreas cultivadas.
El presidente Gustavo Petro anunció este martes que el nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos es el excomisionado de paz Daniel García-Peña, en reemplazo de Luis Gilberto Murillo, quien asumió como canciller.García-Peña es historiador y periodista, y se desempeñó como comisionado de paz durante el Gobierno de Ernesto Samper (1994-1998). Además, durante la administración de Juan Manuel Santos (2012-2018) fue cónsul en París.En diálogo con Mañanas Blu 10 AM, García-Peña habló sobre su nuevo cargo, sobre los temas más importantes en la agenda binacional y, sin titubeos, reveló su preferencia para las elecciones en Estados Unidos: ¿Biden o Trump?En relación con los temas de la agenda binacional, resaltó que el narcotráfico sigue estando en la lista, pero no con la misma relevancia de antes.>> Lea también: España reconocerá a Palestina como Estado el 28 de mayoY, finalmente, sobre su preferencia entre Biden o Trump para las elecciones en Estados Unidos, fue contundente: “La agenda del presidente Biden se acerca mucho más a la agenda del presidente Petro y, por lo tanto, hay mayores afinidades”; sin embargo, destacó que “eso no quiere decir que si gana Trump todo se acabó”.