Ante la conmemoración nacional por los 40 años del Holocausto del Palacio de Justicia este jueves 6 de noviembre, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, hizo un fuerte pronunciamiento en el que aseguró que “es doloroso ver que, 40 años después, el M-19 está en el poder”.
El mandatario de la capital antioqueña consideró que el país tiene una deuda con la verdad y que las nuevas generaciones deben conocer los hechos tal como ocurrieron, sin tergiversaciones ni versiones parciales.
“Hace cuarenta años, el M-19 generó esta tragedia, donde murieron muchas personas. El problema es que en Colombia los victimarios fueron quienes se dedicaron a contar la historia, y pasaron de victimarios a posar de víctimas. En gran parte, por eso están hoy en el poder”, expresó Gutiérrez durante una declaración a medios de comunicación, al insistir en que el relato debe centrarse en las víctimas y no en los responsables del ataque.
El país recuerda este 6 de noviembre la toma del Palacio de Justicia, perpetrada en 1985 por 35 guerrilleros del M-19 que ingresaron al edificio con el propósito de exigir el cumplimiento de los acuerdos de paz de 1984 y someter a juicio político al entonces presidente Belisario Betancur.
La incursión desató una sangrienta confrontación con la fuerza pública que se extendió por casi 28 horas, dejando 94 personas muertas, entre ellas once magistrados de la Corte Suprema y del Consejo de Estado, y un número indeterminado de desaparecidos.
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A las declaraciones del alcalde se sumó la voz del concejal de Medellín, Alejandro de Bedout, quien señaló lo siguiente:
"No se puede olvidar la verdad incómoda, el M-19, grupo al que perteneció Gustavo Petro, se alió con Pablo Escobar, el mayor asesino y narcotraficante de nuestra historia. Dos caras del mismo odio que bañaron de sangre al país y dejaron miles de muertos, incluyendo a jueces, periodistas y policías”.
En el mismo sentido, el presidente del Concejo de la ciudad, Sebastián López, cuestionó el papel del mandatario nacional.
“Gustavo Petro lleva 40 años tratando de justificar lo injustificable. Hoy, desde el poder, pretende imponer su versión sobre el Palacio de Justicia. La historia no se reescribe con discursos. Responsabilícese de los actos terroristas del M-19, grupo al que usted pertenecía”, manifestó.
Cuatro décadas después, las heridas de esa tragedia siguen abiertas en el país. La reconstruida sede judicial, que hoy lleva el nombre de Alfonso Reyes Echandía, presidente de la Corte asesinado durante la toma, es símbolo de la memoria y del reclamo de justicia.
En medio de los homenajes, resurgen las disputas políticas por los distintos relatos de un hecho que sigue dividiendo al país.