Pese a las acciones recientes de las autoridades que inclusive lograron recuperar por completo un túnel de una mina en Buriticá que estaba en poder del Clan del Golfo, hechos violentos siguen marcando la compleja disputa al interior del proyecto subterráneo que se considera el más grande del país.
En la situación más reciente tres guardas de seguridad resultaron heridos con explosivos en medio de un ataque perpetrado por ilegales en el sector conocido como Higabra y que según denunció el gobernador Andrés Julián Rendón pretendían tomar la subestación eléctrica principal de la empresa que opera legalmente la mina.
Mientras que los afectados por el atentado recibieron atención médica de manera urgente por las heridas principalmente causadas en sus rostros, el mandatario confirmó que en el lugar hizo presencia la Unidad Nacional Contra la Minería Ilegal de la Policía Nacional para recuperar la seguridad de este tramo de la mina y garantizar la continuidad de las labores de explotación.
“Estamos tratando con los peores delincuentes, no con angelitos, a estos bandidos hay que combatirlos con todas las capacidades de nuestras Fuerzas y de la ley”, dijo en su cuenta de X el gobernador.
Este tipo de tensiones por la injerencia de ilegales en la zona llevó a que la empresa propietaria del título minero anunciara acciones legales internacionales contra el Estado colombiano, encargada de garantizar las condiciones de seguridad para sus labores extractivas.
En la guerra subterránea se han empleado cilindros bomba, mercurio, atentados con explosivos y armas largas tanto contra personal de la compañía como contra la fuerza pública en medio de las acciones de control que intenta ejercer.
También la Procuraduría ha solicitado informes detallados sobre las acciones de seguridad que se han tomado con el fin de evitar que la problemática escale.