Por mucho tiempo, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se convirtió en una ruta migratoria marina, a menudo llamada la “ruta VIP”, para ciudadanos que buscaban alcanzar su sueño americano, sin tener que recurrir al peligroso Tapón del Darién para salir de una forma irregular del país.
Sin embargo, al igual que en el municipio antioqueño de Necoclí, el archipiélago está sintiendo los efectos de la política migratoria de hierro implementada por Donal Trump.
De acuerdo con el comandante de la Policía de San Andrés, coronel James Evelio Totena, en el 2024 la Armada interceptó 25 embarcaciones cargadas con migrantes que se aventuraron de noche, guiados por los llamados coyotes, con la promesa de seguir una ruta supuestamente más segura que la selva del Darién, para llegar a los Estados Unidos.
El oficial indicó que dada la implementación de la drástica política antimigratoria de Trump, sumado a las operaciones de las autoridades en la isla, este año no han detectado ninguna embarcación buscando salir de forma irregular.
“Efectivamente las nuevas políticas de migración del gobierno de Estados Unidos desmotiva a las personas para que procedan o intenten acceder hacia este país del norte de América. Todo esto sumado al trabajo de las autoridades, pues ha evidenciado que este año no hemos tenido referencia de la salida de ninguna embarcación, mientras que el año anterior se tuvo identificado un poco más de 25 zarpes irregulares”, puntualizó el coronel.
Y es que en la búsqueda de poder llegar a Norteamérica, desde el 2023 hasta la fecha, autoridades reportan que unos 70 ciudadanos, la mayoría de ellos venezolanos, desaparecieron tras subir a estas lanchas que no están adecuadas para enfrentar las inclemencias del mar.
Pese a este panorama, en el archipiélago las autoridades no bajan la guardia y junto con la Defensoría del Pueblo realizaron el pasado fin de semana una revisión de una alerta temprana emitida para este territorio, por tráfico de personas.