Ya se cumplen tres semanas desde el colapso de la Transversal del Carare por una falla geológica en el municipio de Vélez, Santander, que dejó la carretera totalmente intransitable. El panorama es crítico: el corredor, que comunica a Barbosa con el Magdalena Medio, presenta grietas de hasta 15 metros de profundidad.
Ante la emergencia y la ausencia de una solución inmediata, campesinos de Vélez y municipios vecinos iniciaron por su cuenta trabajos para habilitar una vía provisional en este importante corredor vial del sur de Santander.
“Los dueños de algunos predios han estado dispuestos a colaborar para que la máquina cruce y se pueda habilitar una vía provisional, mientras el Estado y las autoridades competentes llegan a ponerle mano y organizar la vía nueva”, explicó Feliciano Mendoza, uno de los habitantes que participa en las labores.
La crisis también ha golpeado la economía rural. Los productores denuncian millonarias pérdidas por la imposibilidad de transportar sus cosechas. “A mí se me perdieron 500 libras de mora que no se pudieron comercializar; esto se recoge dos veces a la semana”, contó Miguel Antonio Pinzón, uno de los campesinos afectados.
La Sociedad Santandereana de Ingenieros (SSI) pidió a la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, y al director encargado del Invías, Jhon Jairo González, adoptar medidas urgentes para atender la grave crisis de movilidad que enfrenta Santander debido al deterioro de la Ruta 45A y la Transversal del Carare.
En una carta enviada a los funcionarios, la SSI advierte que la falta de capacidad de la vía nacional entre Bucaramanga y el centro del país, sumada a recientes movimientos de coluviones en sectores como La Charca (Oiba) y entre La Hélida y Bajo Jordán, mantiene a Santander “desconectado del resto del país”, con afectaciones a la seguridad vial, el abastecimiento y la dinámica económica del sur del departamento.